Les Luthiers

Les Luthiers: 6 curiosidades sobre las leyendas del humor

Son un referente del humor musical en español y un estandarte de la intelectualidad informal. Les Luthiers ha logrado posicionarse en un sitial único dentro de la lengua hispana gracias a su atrevida apuesta que lleva a las letras mucho más allá de sus propios significados. Brillante trayectoria que no se ve erosionada por el tiempo y continúa sorprendiendo a grandes y chicos.

Con una formación activa compuesta por Jorge Maronna, Carlos López Puccio, Horacio «Tato» Turano, Martín O’Connor, Tomás Mayer Wolf y Roberto Antier, la mítica agrupación prepara su regreso a Chile con una serie de funciones en el Teatro NESCAFÉ de las Artes del 30 de julio al 2 de agosto. Un momento imperdible en el que presentarán su show antológico «Gran Reserva».

En total, Les Luthiers suma cerca de 40 espectáculos y una docena de álbumes editados, esta verdadera hermandad de humor e instrumentos informales se ha convertido en una leyenda del idioma español. Por lo mismo, a continuación repasaremos parte de su prolongada historia a través de 6 hechos curiosos de su historia.

1. El Cumpleaños de Les Luthiers

Como toda institución, una fecha importante para Les Luthiers es su aniversario, el que ellos celebran, literalmente, como si fuera su cumpleaños. El 4 de septiembre de 1967 fue el inicio oficial de este grupo, esto tras la separación de su anterior agrupación I Musicisti, que se dividió en dos: por un lado Gerardo Masana, Marcos Mundstock, Daniel Rabinovich y Jorge Maronna (Les Luthiers) y por el otro los demás integrantes (usando el mismo nombre). Entre estos últimos estaba Carlos Núñez Cortés.

Dos años más tarde, Núñez Cortés dejó I Musicisti para reencontrarse con sus antiguos compañeros en su naciente proyecto, completando así la histórica formación original.

Sin importar el medio siglo transcurrido desde sus inicios y los cambios que se han producido en su alineación, el conjunto aún celebra cada año el 4 de septiembre, reuniéndose en sus hogares para compartir una comida, soplar las velas de una tarta hecha para la ocasión y hacerse regalos entre ellos.

2. El reconocimiento a su historia

Ya son más de 50 años de prolífica historia musical, llevando a otra dimensión nuestro idioma. Tanto es así que el Instituto Cervantes de Madrid decidió incluir parte de su trabajo en su caja de las letras, una cámara acorazada ubicada en su sótano y destinada a ser una máquina del tiempo. Allí también se incluyen otros registros memorables, como las obras completas de Federico García Lorca o la máquina de escribir de Nicanor Parra.

Les Luthiers también ha recibido importantes reconocimientos a nivel internacional como el Premio Grammy especial a la Excelencia Musical 2011 y el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2017, que los tomó en medio de la celebración de sus 50 años de carrera.

3. Su propio diccionario

Con tanto juego de palabras y habilidad léxica era natural que en algún momento Les Luthiers creara su propio diccionario, en el que redefinen algunos conceptos y también revelan algunas de sus historias internas. Fue su amigo periodista y escritor colombiano Daniel Samper quien dio forma a la publicación que finalmente llevaría por nombre Les Luthiers de la L a la S (1991).

En ella podemos encontrar definiciones como «Arpa: Instrumento popular entre los ángeles y San Francisco«. A su vez, incluye un glosario con algunas palabras internas del grupo, como es el caso de «Müller». En su obra «El zar y un puñado de aristócratas…» Marcos Mundstock debía leer una larga introducción antes de que el resto tomara posiciones y todos sabían que su pie de entrada era cuando se nombraba a Klaus Müller -seudónimo de Johann Sebastian Mastropiero-, algo que los marcó tanto que de ahí en adelante las frases que indicaban su ingreso a escena fueron definidas como «Müllers».

4. Los abuelos de Les Luthiers

En el año 2003, durante una presentación de Les Luthiers en la ciudad de Madrid, una mujer se acercó hasta ellos para entregarles un regalo. Se trataba de una carpeta con archivos de prensa y fotografías de La Troupe Garraus, también llamados «Los Tres Bemoles», un grupo muy original y excéntrico que tocaba instrumentos informales, tal como lo hacen los argentinos, y que recorrió teatros de Europa y América al rededor de 1880.

La señora en cuestión era la nieta de Onofre Garraus, el fundador de La Troupe Garraus, quien emocionada les contó que era una admiradora de ellos. Poco después el material que les regaló fue recibido por su amigo Daniel Samper, quien en 2004 elaboró una intensa y contextual columna para la revista Historia 16 donde los calificó como «los abuelos de Les Luthiers«.

5. El origen de Johann Sebastian Mastropiero

Es el protagonista de la mayoría de sus espectáculos. Una parodia particular e inteligente, como el humor mismo de Les Luthiers, que da forma a composiciones musicales hilarantes. Johann Sebastian Mastropiero es una sátira de los compositores clásicos y una de las creaciones más entrañables del grupo argentino, el que le dio título a espectáculos como “Mastropiero que nunca” (1977) o “Los Premios Mastropiero” (2005).

Creado en 1968, como parte de una rutina del extinto programa de televisión argentino Todos somos mala, Johann Sebastian Mastropiero toma su nombre de Johann Sebastian Bach y su apellido de Freddy Mastropiero. Este último es un personaje que Marcos Mundstock inventó en 1961, cuando Les Luthiers aún no existía y algunos de sus integrantes eran parte del Coro de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires.

Ha sido tanto el éxito y construcción de este personaje que cuenta con su propia entrada en Wikipedia, donde se reúnen algunos de sus antecedentes, sacados de los espectáculos de la agrupación. Así, sabemos por ejemplo que “nació un 7 de febrero, aunque no se sabe el año ni el lugar”, o que “trabajó como músico oficial del Gobierno de la República de Banania”.

6. Les Luthiers y Kevin Johansen

A los 12 años Kevin Johansen conoció a Les Luthiers cuando su madre lo llevó a uno de sus shows. Casi 30 años después, el músico dedicó el tema “Oops”, del disco City Zen (2005), a la agrupación humorística. Pero el destino tenía más preparado y ocurrió una coincidencia especial: “Me encontré en un avión a Daniel Rabinovich, y me dijo ‘gracias por la dedicateur’”, recordó Johansen en una entrevista con el sitio Shock.co.

Así, Rabinovich lo invitó a uno de sus shows en Uruguay y conoció al resto del grupo, momento en que Núñez Cortés le contó que una vez había escrito una melodía que le gustó mucho y al mostrársela a su hija, ésta le dijo: “papá, eso es «Guacamole» de Kevin Johansen”. Además, López Puccio le comentó que “Cumbiera Intelectual», una de sus canciones, se parecía mucho a una de las composiciones que tenía en mente.

Poco después el mismo López Puccio lo llamó. “Era para decirme que había terminado esa canción, la “Cumbia epistemológica”, y quería pedirme permiso para publicarla. Obviamente le dije: ‘primero que todo, maestro, el que está en deuda soy yo porque la «Cumbiera intelectual» tiene mucho del espíritu de Les Luthiers. Así que qué fue primero, ¿el huevo o la gallina?’”, recordó el músico. Pero esto no quedó ahí, ya que Johansen luego invitó a Marcos Mundstock para ser parte de una de las canciones de su disco Mis Américas (2016).

Les Luthiers – Gran Reserva

Del 30 de julio al 2 de agosto
Entradas a la venta en Ticketek, y sin recargo en boleterías del Teatro y Comunidad de las Artes (Av. Providencia 1266) con descuento para socios.
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