La cantante Dulce Pontes es una de las voces más reconocidas de Portugal, con un poder de interpretación único y una esencia de raíz folclórica que lleva consigo desde niña. Ahora, en su más reciente trabajo, Pregrinação, intenta ir más allá, continuando con sus composiciones en portugués, pero agregando canciones clásicas de la música en español.
«“Gracias a la Vida” fue el primer tema que canté en mis conciertos», revela la cantante portuguesa.
“Los que conocen bien mi trayectoria saben que me gusta aventurarme y cantar otras cosas”, afirma la artista, que a veces es considerada como una cantante de fado, aunque nunca ha grabado un disco dedicado enteranente a él, porque siente que se aburriría.
Aún así admite que tiene una relación especial con ese género, al igual que con el folclore portugués. “Entiendo que se diga Portugal y luego se diga fado, como Argentina y luego tango, España y luego flamenco… pero existen muchos géneros musicales aparte en los que me gusta componer y también cantar”, explica Dulce.
Ahora llegará el día 28 de noviembre, a las 20:30 horas, al Teatro NESCAFÉ de las Artes, en su segundo encuentro con el público chileno para presentar su reciente Pregrinação. A cerca de su anterior visita, de sus comienzos en la música y de su relación con la música en español, conversamos con esta notable intérprete portuguesa.
– ¿Cómo te convertiste en cantante?
Por un anuncio de un periódico. Fue en 1988. Claro que desde pequeñita me gustaba cantar y bailar, pero en 1988 yo estaba en clases de danza, y un día compré el periódico y vi un anuncio que decía: “se buscan jóvenes entre los 18 y 24 años, si te gusta cantar y bailar tenemos una buena oportunidad para ti”. Yo estaba casi por cumplir los 18, entonces saqué ese trocito de periódico y lo puse en mi cartera. Quedó ahí no sé cuánto tiempo hasta que se lo mostré a mis padres; mi padre me dijo: “no, estas cosas de periódicos son peligrosas” y bla bla bla, pero igual fuimos. Él me acompañó, era un estudio de grabación en Lisboa donde estaban haciendo audiciones de canto para encontrar a una cantante que pudiera interpretar y bailar para hacer una comedia musical. Entonces fue mucho de destino, y a partir de ahí mi vida cambió por completo. Fue totalmente inesperado.
– Si bien no te gusta ser encasillada como una cantante de fado, es un género importante en tu carrera, ¿cómo comenzaste tu relación con él?
Mi tío, el hermano de mi padre, era un fadista auténtico, de esos bohemios (ríe), una figura muy carismática, entonces desde muy pequeña iba a escucharlo y también venía Fernando Mauricio. Era el fado más preciso, más de pueblo, no el fado turístico. Era ese fado de reuniones familiares, de donde se juntaban los pescadores de Sesimbra, por ejemplo, estábamos allá toda la tarde. Entonces, de pequeña escuchaba y me gustaba, pero mis ganas de cantar fado vinieron cuando escuché por primera vez a Amália (Rodrigues), quien me ha tocado de una manera impresionante. Yo tenía 7 años cuando tuve autorización para poner los vinilos en casa y apareció un LP que era Povo que lavas no rio, que era el fado que yo estaba acostumbrada a escuchar, pero con otro poema. Cuando me puse a escucharlo, vi que la portada tenía una foto de Amália en blanco y negro, me acuerdo como si fuera hoy. Empecé a escucharlo y me tocó tanto que no sé por qué empecé a llorar, tenía 7 años. De vez en cuando pienso cómo puede ser, si no tenía entendimiento para comprender ese poema a fondo, de Pedro Homem de Mello. Yo creo que fue su voz. Pero no fue que desde ese momento yo dijera: “¡seré cantante!”, pasó eso y con el paso del tiempo el productor que me hizo mi primera audición (la del periódico) me dijo: “por qué no cantas fado”. Luego sentí que sólo fado no, busqué folclore y luego empecé un trabajo como compositora, escribiendo y todo eso.
– Pregrinação (Peregrinación) es un trabajo muy bien armado, con dos partes en dos idiomas y con una lista de temas muy potentes, tanto de tu autoría como de otros grandes músicos ¿El nombre es algo literal, como una forma de entregar tu música, o tiene otro significado?
Es el sentido de la peregrinación, de cómo la vida, en general, es eso. Entonces yo intenté plasmar desde distintos estados de ánimo lo que uno puede sentir mientras recorre un camino, que puede ser religioso o no, pero que siempre es espiritual, algo que nos trasciende pero a veces con cambios radicales, con estados de ánimo completamente distintos.
– Has comentado que un momento que te marcó con la música en español fue cuando conociste “Alfonsina y el mar”, que está en este disco. Leí que fue muy intenso, te emocionaste hasta las lágrimas, igual que cuando descubriste el fado…
Así es. Escuché ese tema y no sabía nada de Alfonsina Storni, nada. Lo escuché y me tocó profundamente y sentí: “por Dios, esto tan cerca de mí”, y claro que en el estudio tuve que hacer una pausa para poder grabarla bien, porque me pasaba que estaba cantando y llegaba un punto en que la emoción venía demasiado, y debíamos poner stop para poder interpretarlo de forma corriendo. Es que es una canción, tanto la poesía como la melodía, una cosa trascendente. Luego seguí leyendo algunas cosas que Alfonsina escribió y es una historia muy conmovedora, algo que me era familiar al mismo tiempo… no sé cómo explicarlo, cuando me encontré con el tema es algo que no conociendo ya conocía… no sé explicarlo.
– ¿Cómo fue la selección de artistas en ‘Puertos de Abrigo’, el lado en español de Pregrinação?
Tuve una ayuda preciosa de Juan Carlos Cambas, que estaba viviendo en Galicia. Algunos temas yo los elegí, otros me los mostró él… luego él hizo ese puente a través del océano y fui por primera vez a Buenos Aires, estuvimos todos juntos, como en un sueño, una familia que tenía ahí y no sabía, gente muy buena de alma, como Leon Gieco, Jairo, Jaime Torres… algo que no olvidaré jamás. Fue el 25 de abril (ríe), el día de la Revolución de los Jóvenes en Portugal (La Revolución de los Claveles). Pero Juan fue una pieza importante no sólo por crear los puentes, sino que al elegir temas. Llegó un punto en que tenía repertorio para hacer un disco triple, pero para dar esa posibilidad a las personas de escuchar el álbum, empezando por ‘Nudez’ hasta ‘Puertos de Abrigo’, sentí esos distintos estados de ánimo que van a la búsqueda, la inquietud, el desespero de algo que no se encuentra hasta llegar a la paz… como una paleta de colores, de emociones que ciertamente cualquier persona busca para sublimarse. No sé si lo logré… algunos me dicen que sí, que sienten eso mientras lo escuchan, pero es subjetivo. De donde pude agarrarme fue de la poesía y la sonoridades de los arreglos, para intentar llegar a ese mapa emocional.
– En ‘Nudez’ muestras composiciones propias en portugués… ¿tienes planeado componer en español, pronto?
Ya lo he hecho. Tenía algunos temas compuestos en español, pero quise optar por los temas que están. Me quedé muy triste porque Raúl Carnota, que escribió el poema de Asturias, tema compuesto por Isaac Albéniz, no lo alcanzó a escuchar en el disco… ha sido un tiempo marcado por conocer nuevos amigos para la vida, pero también de partidas inesperadas de personas que amo y que estarán por ahí en otra dimensión si es que la hay. Pero, había compuesto al menos un par de temas en castellano pero no los puse, opte por estos sentimientos.
– Tu show en 2015 fue tu primer encuentro con Chile, ¿qué recuerdas de esa visita y qué te pareció el público chileno?
Fue increíble, muy buena vibración. Recuerdo que 20 minutos después de que llegamos a Chile un Volcán (Calbuco) entró en actividad, espero que esta vez no suceda lo mismo (ríe). De repente estaba mirando la televisión en el Hotel y veo que es en Chile, estaban evacuando personas y yo me preocupé por lo que podía pasar, habían columnas de humo y era preocupante… pero el público al día siguiente estuvo ahí, fue muy cariñoso y lo pasamos muy bien.
– En esa oportunidad realizaste una estremecedora versión de “Gracias a la Vida” de Violeta Parra, cantada a capela… ¿tienes pensado realizar algo similar esta vez, tomando en cuenta que se celebran 100 años de su nacimiento?
Claro, pues la repetiremos todavía mejor, la repetiremos. Ese tema siempre me ha acompañado, es curioso, incluso cuando hice un programa de televisión acá… en mis primeros conciertos de mi carrera, todavía no tenía disco grabado ni nada, como en 1990 o 1991, “Gracias a la Vida” era el primer tema que cantaba en mis conciertos… ponía el diapasón para tener el La y entraba a capela… así que tengo una relación muy íntima con ese tema en concreto, desde hace muchos años.
– ¿Cómo será el espectáculo del 28 de noviembre en el Teatro NESCAFÉ de las Artes?
Bueno, será como Dios quiera (ríe). Yo siempre hago cambios, ¿sabes? Siempre cambio temas y hago alineamientos tres minutos antes de empezar el concierto. Claro que tengo una estructura, pero me gusta cambiar porque no estamos iguales todos los días y me gusta cambiar un tema por otro, creando esa atmósfera de viaje, que me permite, con todo el repertorio, flexibilidad. A los músicos ya les gusta, antes era una causa de terror incluso para el equipo técnico, pero ya llevamos siete años así, entonces ya está normal (ríe).
Dulce Pontes – Peregrinação
Martes 28 de noviembre – 20:30 horas
Entradas a la venta en Ticketek y sin recargo en boleterías del Teatro y en el Centro de Atención de la Comunidad de las Artes (Av. Providencia 1266) con descuento para socios.
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