Cristián Sanhueza nos invita a vivir un “encuentro de bronces”

Tras una prolífica etapa en Santiago, el músico y compositor Cristián Sanhueza volvió a Iquique, la tierra que lo vio nacer, para iniciar sus nuevos proyectos dentro de un proceso que él califica como natural y que ahora lo trae de vuelta a la capital para presentar su más reciente álbum, Tambobrass Acústica.

«En ‘Tambobrass Acústica’ hay un diálogo entre los bronces, el tiple y el cuatro, otro tipo de sonoridad que es bastante interesante de escuchar», asegura Cristian Sanhueza.

Un espectáculo destinado a todo público que se presentará en el Teatro NESCAFÉ de las Artes el día 16 de noviembre, a las 21:00 horas, y que marca su retorno luego de su salida en 2014 de Banda Conmoción, después del exitoso disco «Tiraneño» que ganó el premio Pulsar a Mejor Disco de Música de Raíz.

Tambobrass Acústica es su primer trabajo autoral y en él genera un diálogo entre la poesía, ciertos elementos ancestrales del folclor e instrumentos nobles. «Es ir respondiendo a las sonoridades y a la libertad de uno como creador o como músico y no repetir ciertas recetas, sino que ir respondiendo a lo que el alma te va tirando», explica.

Sobre su vida en Iquique, los nuevos sonidos en los que incursiona y los proyectos que tiene Tambobrass, conversó Cristian «Huevo» Sanhueza, un artista nortino que no deja de crear.

– ¿Cómo fue el retorno a Iquique, en lo emocional y artístico?

Fue bien cargado de muchas emociones, tanto a nivel familiar, de amistades y musical, porque ya no era esa visita cada tantos meses para determinadas fiestas, sino que ahora era para quedarse un poco más definitivamente, por lo cual había que empezar a proyectar cómo armar y estructurar todo lo nuevo que se estaba gestando bajo el nombre de Tambobrass. Fue y sigue siendo un proceso bastante potente y maravilloso en ese sentido, desde la música que empieza a nacer, de los colegas músicos y amigos, los reencuentros con la tierra misma. Ha sido un proceso bastante fuerte y energéticamente bien cargado, que ha dado muchos frutos en este poquito tiempo que llevo acá, con toda la familia. Se visualiza bien potente.

– En cuanto a lo musical, ¿cómo fue el salto de Banda Conmoción a Tambobrass?

Más que nada parto no rigiéndome por la historia que me antecede. En este caso en particular, con Tambobrass Acústica, es una respuesta súper fiel a lo que en el momento sucedía, un proceso mucho más íntimo (…) Las composiciones estaban hechas desde antes, después vino lo de armar este contexto más íntimo, dándole mucha más cabida a la poesía y a otros tipos de instrumentos. Fue un proceso bastante natural. Ahora, siempre para mí los bronces van a tener una preponderancia, hasta que en un momento quizás no los ocupe, quizás en el próximo disco no ocupe ningún bronce, pero hasta ahora el proceso ha sido seguir en el diálogo con estos instrumentos y ponerlos en diálogo con otros. En el caso del acústico, hay un diálogo entre los bronces, el tiple y el cuatro, otro tipo de sonoridad que fue bastante interesante y es bastante interesante de escuchar.

– ¿De dónde viene el nombre Tambobrass?

Es una palabra compuesta: «tambo», que es una denominación local y ancestral que significa “lugar de encuentro”, y «brass», que tiene que ver con los bronces; entonces da: “encuentro de bronces”. Pero va mucho más allá de eso, me quedo un poquito más con el sentido del tambo y las otras terminaciones pueden ir variando… tambo-eléctrica, tambo-brass, tambo-acústica, pero quedó como Tambobrass por el código de los bronces, con el cual yo emprendí la ruta en Santiago y ahora en esta vuelta. Entonces, es un nombre compuesto que le dio un caché internacional, pero no por un gustito de pretencioso, sino porque también sentía que los nuevos trabajos tenían que estar y trabajar a un nivel internacional.

– En tu labor de investigador y recopilador de folclor realizaste el trabajo “50 años de Gitanos Santa Rosa” (2015), ¿cómo fue ese proyecto?

Esto nace más que nada por una amistad, más que en un sentido de investigador es una cosa de lo que se vive. Yo he vivido la fiesta desde pequeño y en el caso de «Gitanos Santa Rosa» fue una relación de cariño entre el baile y yo, como bailarín. Entonces nació desde un diálogo con uno de los músicos de ahí, de decir “bueno, dejémosle un patrimonio”, porque el baile y la fe ya es un patrimonio, pero faltaba dejarles un bonito recuerdo de un patrimonio musical, que es a donde apunta esta idea de Tambobrass, que tiene que ver -en ese caso- con el sentido patrimonial que la música ha realizado durante 50 años para el baile. Nació así: “oye, dejémosle algo al baile” y se pensó y se hizo, se grabó en un día en la sede de La Tirana. Fue la primera vez que una banda grabó un disco allá arriba, entonces cuando las cosas se viven y pasan realmente por la experiencia, todas estas mixturas y estas relaciones van siendo súper fluidas y digamos que el folclor en sí se construye así, en la espontaneidad pero con una honestidad de la experiencia.

– ¿Cómo ha sido el desarrollo de Tambobrass?

Todo se está fundiendo. En este concierto acústico que corresponde a hace un año, porque hace un año lo estrenamos acá en Iquique y el disco estuvo en proceso hace mucho más tiempo, ahora está por fin haciendo presentaciones en vivo y dándose a conocer, porque también la llegada acá y armar todo, familia, colegio, casa y toda la cosa diaria, ha involucrado un cambio grande. Entonces Tambobrass se ha dividido en tres patitas: el acústico, el instrumental y el eléctrico, que ahora estoy terminando de grabar.

– ¿Puedes definir el trabajo Tambobrass Acústica?

Es la búsqueda de un diálogo entre la poesía, ciertos elementos ancestrales del folclor e instrumentos nobles como el piano, el bajo y la guitarra, pero nunca me he puesto a tratar de definirlo, no me gusta mucho, es demasiado amplio. Yo creo que a muchos músicos les debe pasar, que cuesta encasillarlo en algo.

– ¿Qué músicos te acompañarán sobre el escenario en esta presentación en Santiago?

Bueno, en Santiago yo tengo la dicha de compartir con grandes personas y músicos. Van a estar los muchachos que tocan en Congreso que son Sebastián Almarza, Federico Faure, Raúl Aliaga y Simón González, en la parte acústica, y en los bronces también hay un grupo bien característico del norte, son muchachos nortinos bien destacados, como Pablo Rodríguez, Juan Pablo Mallea, Nino Díaz, Juan Pablo “Chester”. También voy a trabajar ahora con un tuba que es Jeff Parker que se va a sumar a este ensamble junto a Alessander Santos, ambos son músicos de orquesta, mientras que los demás chicos son de banda popular, de pueblo, entonces es bonito porque se da un diálogo y una mixtura que es muy interesante, porque hay una retroalimentación y un aprendizaje constante que sigue nutriendo el trabajo siempre. Se aprende muchísimo y aparte que cada uno de ellos es tan talentoso que uno confía en estos ensayos y que cada uno ponga lo suyo y abrir cierto espacio, aunque el trabajo está hecho, se siguen abriendo espacios para improvisar y aportar.

– ¿Con qué se va a encontrar el público que vaya a ver el lanzamiento de Tambobrass Acústica en el Teatro NESCAFÉ de las Artes?

Hay harta imagen poética, me gustaría recordar los poemas de Jorge Teillier… las cosas olvidadas, el volver a mirar las cosas que siempre han estado ahí pero que nunca tomamos en cuenta, los detalles, las simplezas, el silencio, la sutileza, la fuerza, yo creo que todo se mezcla en un diálogo bien hermoso y musical. Es una presentación que está abierta para todo público, porque acá en Iquique cuando lo presentamos la otra vez muchos iban con la idea de ver una banda como la Conmoción y quedaron impactados y muy agradecidos por el viaje que se logra. Se logra sumergir a las personas en un viaje que no es para nada pretencioso, es super simple pero complejo a la vez.

Tambobrass Acústica

Jueves 16 de noviembre – 21:00 horas
Entradas a la venta en Ticketek y sin recargo en boleterías del Teatro y en el Centro de Atención de la Comunidad de las Artes (Av. Providencia 1266) con descuento para socios.
Más información aquí.