Nació y creció rodeada de música, así que no podría concebir su vida en la ausencia de ella. Tenía solo 13 años la primera vez que ofreció un concierto remunerado y desde entonces no paró más. Paso a paso, la cantautora Silvia Pérez Cruz ha ido abriéndose un camino propio, sin hacer distinciones entre estilos y géneros, pescando canciones del repertorio universal que la emocionan, buscando autenticidad.
«Yo creo que el arte es libertad y ahí dentro cada uno tiene que ser sincero. Mi revolución ha sido emocional», asegura Silvia Pérez Cruz.
El diario El País la describe como “una cantante y compositora con una voz en la que el jazz, las habaneras, el flamenco o la música popular conviven pacíficamente y arrastra una legión de seguidores que no para de crecer”.
Este último tiempo ha sido especialmente próspero en su trayectoria artística. En 2016 se estrenó la película «Cerca de tu casa», que ella protagonizó y para la que compuso una banda sonora que le valió distintos premios internacionales. Esas canciones se convirtieron en el disco ‘Domus’, que publicó el año pasado, mientras realizaba su primera gira en Sudamérica.
Hace tan solo unas semanas, Silvia Pérez Cruz publicó un nuevo disco, ‘Vestida de nit’, grabado junto a un quinteto de cuerda con el que ha trabajado en vivo por tres años. Este álbum la traerá por segunda vez a Chile el próximo 13 de junio, cuando se presentará en el Teatro NESCAFÉ de las Artes.
«Yo adoro poder cantar y me gusta viajar y cada día que puedo cantar una canción lo doy todo, tanto si es una cena como amigos, si es un bar, un auditorio, un teatro, tanto si es aquí como si es allá, entonces les puedo decir que vendré a cantarles con cinco músicos maravillosos y que los conciertos suelen ser llenos de emociones. Hay emoción profunda y también mucha risa. A quien crea que le pueda gustar, estaré encantada de cantarle. Venimos con una alegría y unas ganas de darles todo muy reales», adelanta la artista.
– Hace poco más de un año ofreciste tu primer concierto en Chile, ¿qué recuerdo tienes de aquella noche?
Pues, muy bonitos. Me hacía mucha ilusión porque nunca había estado en Chile y tenía muchísimas ganas de conocer el país, la gente y de cantaros. Entonces lo recuerdo súper bonito. Me fui súper feliz, la verdad. ¡Con ganas de volver!
– ¿Cómo ha sido este último año para ti? Editaste ‘Domus’ y hace unos días el disco ‘Vestida de nit’…
Pues ha sido un año muy importante a nivel tanto personal como profesional. Es un año de cambios. ¿Sabes que hay épocas en las que uno se vacía y épocas en las que se va llenando? Pues ahora estoy en una situación de haber dado lo que tenía. Así como ‘Domus’ era el resultado de la banda sonora de una película y fue un trabajo de muchos años, de hacer las letras, la composición y los arreglos, ahora ‘Vestida de nit’ es un trabajo muy distinto, donde canto canciones que amo mucho, canciones de otros y canciones mías, que puedo cantar a nivel interpretativo de una manera mucho más libre, más como un directo. Este disco ‘Vestida de nit’ es el resultado de tres años tocando con un quinteto de cuerda, es decir que hay todo un trabajo sonoro hecho, de trabajar la libertad, de romper los límites, de que improvisen. Estamos en un punto precioso, tanto a nivel musical como humano. Es un gran año. He aprendido muchas cosas.
– Ganaste varios premios, entre ellos el Goya, por la música que hiciste para la película “Cerca de tu casa”, que además protagonizaste. ¿Qué representan estos reconocimientos para ti?
Tengo que reconocer que yo cuando hago las cosas no pienso en el reconocimiento, sino pienso en mi satisfacción presente de hacerlas. Cuando hice lo de la película, en ese momento estaba tan satisfecha y tan contenta que estaba llena. Pero es verdad que después, cuando ya lo compartes con el público, si ves que hay un reconocimiento, la felicidad como que cierra su círculo, es más total. Es verdad que los premios son curiosos porque nunca pensé que me darían tantos, me dieron Mejor Música en el Festival de Cine PPÖF de Tallin en Estonia, en el Festival de Málaga, en el Festival de Barcelona y luego en los Goya la Mejor Canción, y cuando tenía el premio en las manos, pensaba: ‘wow, es algo físico, real, que puedes tocar’, como un regalo de vuelta que te ayuda a cerrar ese círculo y te da una sensación de satisfacción total.
– Cuando recibiste el Goya, cantaste a cappella un extracto de “No hay tanto pan” y se la dedicaste a los desahuciados. ¿Dirías que el arte puede ayudar a hacer del mundo un lugar mejor?, ¿crees en el deber social del arte?
Yo creo que el arte es libertad y ahí dentro cada uno tiene que ser sincero. Mi revolución ha sido emocional. Con la música yo lo que quería, mi trabajo más constante, es que estemos vivos y, una vez vivos, que nos quejemos, nos enamoremos, pero que estemos vivos. En este caso, con esta película, se me dio la oportunidad de poder hacer una queja más concreta, no tan abstracta como la hacía hasta ahora. La verdad es que yo creo que la música tiene un poder muy grande. Como mínimo, dejas constancia, porque la música es inmortal, y como tenemos muy mala memoria, en general, me gusta que las canciones sigan contando lo que ha ido pasado.
El día del premio, me vi allí arriba y pensé: ‘yo puedo dar las gracias a todos los que me han ayudado, y se las daré en persona, y en este momento hay mucha gente mirando el televisor y el agradecimiento en sí, no sé… puedo decir gracias en general y ya se entiende, pero ¿qué puedo hacer que tenga un poco de sentido?’, y pensé: ‘bueno, yo canto, es como yo me expreso’, y además he hecho una canción en la que creo mucho y creo que dice cosas necesarias de escuchar, y a veces a uno hablando no lo escuchan tanto. Pero al hacer una canción, en ese momento hay que hacer silencio y nadie te puede rebatir, pues aproveché de cantar esa canción, sin ser muy consciente en realidad de la repercusión, pero sí en la verdad que tenía y dedicándola a la gente que era el punto de partida de esa película. En la música yo me he encontrado grandes milagros: la música puede quitar el dolor a gente que está sufriendo, puede hacer sentir libre a gente que está aprisionada, puede transportarte a recuerdos, te puede hacer revivir momentos pasados, te puede hacer imaginar momentos futuros y además puede dejar constancia de realidades que nos rodean.
– ¿Cuál es la historia detrás de la canción “Vestida de nit”, escrita por tus padres hace más de 30 años?
Es muy bonita esta historia. Yo nunca había visto la evolución de una canción desde tan cerca. Es una música escrita por mi padre, Castor Pérez, que era investigador de habaneras; y la letra la escribió mi madre, Gloria Cruz, entonces es una canción que yo había escuchado de niña, siempre, pero tampoco le daba importancia. Estaba ahí, entre tantas canciones. Pero con el tiempo, y estas cosas de la vida, en el 2010 me invitaron a un festival de habaneras en mi pueblo que sale por televisión y la canté con mi padre, y a partir de ese momento esa canción dio como la vuelta y me la empezaron a pedir en todos los conciertos. Hasta hoy es la canción que más me piden. Era muy bonito, de repente, ver cómo una canción, que era como una hermana para mí, se estaba convirtiendo casi en una música popular, que la gente la había hecho suya. Pienso que mi padre no se lo hubiera imaginado nunca. Mi madre lo ha podido vivir y la verdad es que no se lo puede creer. Pero yo sabía que algún día la quería grabar, sin prisas, y finalmente con el quinteto de cuerda vi que era el momento de hacerlo y por qué no darle el nombre de esta canción al disco entero y hacer un homenaje a mis padres. Cada vez que la canto es como si me llevara mi casa por el mundo y es muy bonito ver que una canción tan humilde pues haya viajado tanto. Me da mucha alegría.
– Dices que en esta gira interpretas “una mezcla de canciones prestadas y canciones propias”, ¿qué nos puedes adelantar sobre el repertorio?
Las canciones del disco las hacemos todas, pero en el directo estamos añadiendo canciones nuevas porque este disco ha sido grabado después de tres años tocando juntos, entonces ya han ido pasando más cosas. Hay canciones que hace un mes que las estamos tocando, que nos sirven también para sentir el riesgo y la frescura. Son casi dos horas de repertorio, de canciones muy intensas pero también de mucha alegría. Primero porque nos gusta mucho reírnos de nosotros mismos, a pesar de vivir intensamente todas las canciones, pero también es que disfrutamos mucho tocando y somos muy conscientes de lo afortunados que somos de poder dedicarnos a esto y además viajar. Es un concierto de grandes canciones y sobre todo de un equipazo que se lo pasa muy bien, a parte de que tienen gran calidad musical, hay mucha calidad humana.
Silvia Pérez Cruz – Vestida de nit
Martes 13 de junio – 20:30 horas
Entradas a la venta en Ticketek y sin cargo por servicio en boleterías del Teatro, con descuentos especiales para socios de la Comunidad de las Artes.
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