Rosa Ramírez: «‘La Negra Ester’ es una forma distinta de hacer teatro»

“La Negra Ester” es una de las obras más emblemáticas del teatro chileno. Creada a fines de los años ’80 por Andrés Pérez Araya en base a las historia del musical autobiográfico de Roberto Parra Sandoval, casi 30 años después de su primera función sigue estando presente en el corazón de Chile.

«Hemos estado en muchas partes del mundo con «La Negra Ester» y todos la entienden y se sienten identificados», asegura Rosa Ramírez.

Una vez más llegará el Gran Circo Teatro a presentar este espectáculo al Teatro NESCAFÉ de las Artes, desde el 7 al 10 de septiembre, endulzando y animando el mes patrio con cultura y alegría.

“Cuando montamos la obra por primera vez, Andrés nos llamó porque era necesario hablar del amor. Hoy la clase trabajadora seguimos hablando del amor, pero nuestras autoridades están a años luz de lo que necesitamos”, afirma Rosa Ramírez, actriz que dio vida a la Negra Ester desde sus inicios.

En los últimos años, Ramírez ha estado a cargo de la producción y su hija, Micaela Sandoval, la relevó en el protagónico de este montaje que es muy querido por los espectadores. Una enorme responsabilidad ya que cargar con tantos años de historia es algo que no se puede tomar a la ligera. “No podemos ir a mostrar cualquier cosita, debemos contar historias importantes, con verdad y profundidad, que es lo que “La Negra Ester” logra por todos lados”, asegura Ramírez.

Sobre el espectáculo y su relación con el Teatro NESCAFÉ de las Artes habló con nosotros Rosa Ramírez, a pocos días del comienzo de una nueva temporada de “La Negra Ester” en esta sala.

– ¿Qué ha aportado “La Negra Ester” en estos casi 30 años en las tablas?

En lo personal, siento que es un tremendo regalo que nos hizo Andrés Pérez Araya con este montaje teatral. Es una creación de él basada en el texto de Roberto Parra, pero la obra teatral pertenece a Andrés. Es un regalo a toda la gente vinculada al mundo del teatro, era necesario demostrarnos a nosotros mismos que era posible contar una historia de amor tan sencilla y tan profunda, de seres marginados pero vistos con mucho respeto y sin el afán de ridiculizarlos. Creo que Andrés le otorga al teatro nobleza, belleza y creatividad a través de “La Negra Ester” y, por supuesto, cada uno de los actores, actrices, técnicos y demases que han pasado en estos 29 años de montaje lo ha tomado como una tremenda escuela.

– ¿Cuánto hay de Tocopilla y de la infancia de Andrés dentro de “La Negra Ester”?

“La Negra Ester” le pertenece a todos los puertos y, de tan local que es, llega a ser internacional. Hemos estado en muchas partes del mundo y todos la entienden y se sienten identificados, no hay nada en particular, ni siquiera de San Antonio, en donde ellos creen que le pertenece. Le pertenece al mundo: a San Antonio, a Tocopilla, Valparaíso, Santiago, a los shopping, a Boston, a Estocolmo, a Cuba. Donde hemos ido, siempre la obra ha creado identidad.

– ¿Qué significado tiene para ustedes presentar «La Negra Ester» año a año en el Teatro NESCAFÉ de las Artes?

Este teatro, que antes era el Providencia, siempre ha tenido un vínculo afectivo con nosotros, conmigo y con Andrés Pérez Araya. Nosotros, en distintas épocas de nuestras vidas, trabajamos en el “Bim Bam Bum” bajo el alero de Buddy Day, quien siempre fue muy respetuoso y colaborador, y posteriormente este show tuvo un dramático desenlace en este teatro. Más adelante, cuando Andrés necesitó de un lugar donde ser despedido, nosotros ya teníamos armado el escenario de “La Negra Ester”, porque venía nuestro espectáculo, y decidimos que íbamos a velar al Andrés ahí, en ese escenario de “La Negrita Ester”, que a él le había dado tantas cosas especiales en su vida y también era importante para nosotros que fuera en un lugar ligado al teatro.

– Entonces, ¿cómo definirías la relación del Gran Circo Teatro con el Teatro NESCAFÉ de las Artes?

Bueno, el teatro lo visitamos muchas veces con el Roberto Parra. Una vez anduvimos chocando, porque estaba súper oscuro y era de las primeras veces que íbamos ahí y no lo conocíamos (ahora me lo conozco entero) y en esa época el Roberto Parra se mataba de la risa porque nos caíamos. Yo en particular me siento cómoda, porque los actuales encargados del teatro han sido tan generosos y cariñosos con nosotros, han sido tan respetuosos con nosotros que hay una relación bien linda. Cuando haya un septiembre que por alguna razón no podamos estar ahí, yo creo que los voy a echar de menos, porque se han hecho parte importante de nuestra vida, es parte importante de nuestro desarrollo como teatristas. Para nosotros, que apelamos a los cariños y a los respetos, cuando eso es recíproco, ¿qué mejor?

Estás como en tu casa y cuando uno está en la casa hay confianza y ganas de recibir a los invitados, entonces nosotros recibimos muy felices a nuestro público y es un teatro al que llega de todo, desde gente con plata hasta el que no tiene y desde que supo juntó sus luquitas para ir a ver la función. Entonces, es un teatro al que nosotros le agradecemos todo, por ayudar a mantener vigente esta obra, porque si bien es cierto que es una obra que habla por sí sola, siempre es bueno que le hagan un poquito de cariño.

– ¿Qué hay de distinto entre vivir el montaje desde el rol protagónico y desde la dirección?

Mi despedida del personaje fue en Mejillones y sin proponérmelo. Terminó, saludamos y el alcalde nos llenó de premios -y nos acordamos mucho y nos reímos porque nunca se aprendió que yo me llamaba Rosa Ramírez-, fue una despedida muy bonita, con harto frío, recuerdo. Después venía la función de Ancud y yo no pude seguir porque estaba muy enferma y tuve que preparar rápidamente a la Micaela y desde ese entonces ella se quedó para siempre con el personaje.

Yo la paso tan bien cuando veo la obra, creo que la única función que no vi fue el estreno de Micaela en Ancud, por mis problemas de salud, pero las otras funciones las he visto todas, con todos los cambios y siempre me pasa que es una obra tan bien contada, con personajes tan vivitos y presentes que los actores que se han ido sumando, lo único que necesitan es observar muy bien qué hacer y ser muy verdaderos en sus acciones, porque el personaje tiene ganas de seguir contando su historia.

– ¿Cómo será la fiesta del 7 al 10 de septiembre en el Teatro NESCAFÉ de las Artes?

Va a ser “La Negra Ester” de la cual tanta gente habla, la que ha sido vista, querida y aplaudida por tanta gente, generaciones, teatros y espacios públicos. Nosotros hemos estado en plazas, en Suiza estuvimos en un astillero que lo vaciaron de agua y se transformó en un galpón donde actuamos, hemos estado en muelles y en distintos espacios. Y esta «Negra Ester», la que se estrenó hace 29 años atrás, esa es la que estamos todavía contando. Nosotros, a propósito, no hemos cambiado absolutamente nada. Cambian los actores, actrices y los técnicos, pero no la historia, no los personajes ni la manera en que se cuenta la historia. Si alguien no ha visto la obra, yo se la recomiendo de todas maneras, porque es una forma distinta de hacer teatro, y los que ya la han visto, van a ir igual, siempre nos siguen y quedan muy contentos con lo que ven.

“La Negra Ester”

Del 7 al 10 de septiembre
Entradas a la venta en Ticketek y sin cargo por servicio en boleterías del Teatro y en el Centro de Atención de la Comunidad de las Artes (Av. Providencia 1266) con descuento para socios.
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