La pasión que el coreógrafo estadounidense Paul Taylor siente por la danza lo ha acompañado durante toda su vida y hoy, a sus 85 años, lo posiciona dentro de los grandes artistas del último siglo, con un legado que desborda talento y creatividad.

Los próximos 11 y 12 de agosto podremos ver sobre el escenario del Teatro NESCAFÉ de las Artes a Paul Taylor Dance Company, la elogiada compañía de este maestro de la danza.

Nacido el 29 de julio de 1930, Taylor se acercó al baile durante su paso por la universidad, donde ingresó a estudiar arte gracias a una beca que le dio la práctica de la natación. Allí descubrió libros que lo hipnotizaron y que lo terminaron de convencer de que la danza era lo suyo, trasladándose a la prestigiosa Escuela Juilliard en Nueva York.

Bailarín profesional y coreógrafo desde 1954, ha realizado hasta la fecha 142 coreografías, muchas de las cuales han alcanzado el estatus de “emblemáticas”, abarcando una cantidad impresionante de temas, aunque los más recurrentes son los relacionados con la vida y la muerte, el mundo y el lugar que el ser humano ocupa en él, el amor y la sexualidad, entre otros.

En sus inicios fue solista en la Martha Graham Dance Company durante siete temporadas y en 1959 fue convocado por George Balanchine como artista invitado del New York City Ballet. Tras haberse desempeñado con gran éxito como bailarín a lo largo de dos décadas, en 1974 Taylor decidió dedicarse de llena a su trabajo como coreógrafo y poco después creó «Esplanade», una de sus piezas más clásicas (que formará parte del repertorio que su compañía presentará en Santiago el 11 y 12 de agosto).

Su trabajo ha alabado por su versatilidad y originalidad. Una mezcla de estilos (y también de melodías las que cruzan desde el reggae hasta el tango) que deja de lado los convencionalismos y prejuicios y que es capaz de mezclarse perfectamente con lo tradicional. No en vano, The New York Times lo ha calificado como «el mayor coreógrafo de la actualidad».

Hace 60 años creó Paul Taylor Dance Company, un verdadero hervidero de buenos bailares quienes trabajan teniendo de base la experiencia de este maestro quien pretende a través del desarrollo de la pedagogía permitir que la danza contemporánea siga floreciendo por mucho tiempo más.