Pancho Varona: «nosotros hacemos una fiesta, un karaoke sabinero»

Pancho Varona y Antonio García de Diego, fieles compañeros de Joaquín Sabina, llegan a Chile esta semana para presentar «Noches sabineras», un concierto en el que cuentan anécdotas e historias de sus años junto al músico y escritor de Úbeda, repasan las canciones que han compuesto junto a él, e invitan al público a cantar junto a ellos.

Días antes de su llegada a Santiago, conversamos con Pancho Varona, quien ha escrito junto a Sabina cerca de 100 canciones de todo su repertorio. También ha sido co-productor parte de su discografía y le ha acompañado en el escenario durante más de tres décadas.

«Joaquín dice que somos más grupo que muchos que tienen nombre de grupo; que aunque esto se llame Joaquín Sabina, Antonio y yo tenemos tanto que ver que parecemos un grupo más que un solista», cuenta Pancho Varona.

Sobre el espectáculo creado en el año 2006, que llegará por primera vez a suelos nacionales este jueves 29 de mayo, Varona comenta: «Nosotros hacemos una fiesta, un karaoke sabinero (…) A la gente le dejamos los grandes éxitos, como “19 días y 500 noches”, “Princesa”, “Quien me ha robado el mes de abril”, etcétera, etcétera. Antonio y yo cantamos canciones también muy conocidas, como “Y sin embargo”, “Contigo”, “Peces de ciudad”, pero a la gente le dejamos los grandes éxitos».

Sobre la participación del público en el concierto, el músico apunta: «Siempre decimos que queremos valientes que suban a cantar. La gente que canta bien nos interesa, pero nos interesa menos. Lo que nos apetece es que el que no ha cantado nunca en su vida se atreva a subir a cantar con nosotros; porque el que canta bien, está muy bien que cante bien, pero importante es el valiente que canta mal», y advierte: «a ese siempre es al que más aplauden».

– Llevas más de 30 años trabajando junto a Joaquín Sabina. En el documental de la gira Dos Pájaros Contraatacan, él dice que ninguna mujer lo ha aguantado ni la tercera parte…

Es que es cierto, es que yo he visto pasar a varias mujeres de Joaquín por su vida y yo todavía sigo ahí. Joaquín y yo tenemos una relación estupenda. Trabajamos juntos, componemos canciones juntos, somos felices juntos. Con Antonio también, por supuesto, somos tres patas de un mismo banco. Joaquín dice que somos más grupo que muchos que tienen nombre de grupo; que aunque esto se llame Joaquín Sabina, Antonio y yo tenemos tanto que ver que parecemos un grupo más que un solista. Entonces realmente estamos muy unidos los tres, nos llevamos muy bien. Somos gente sensata entonces eso hace que no se disparen las alarmas nunca. Siempre está todo bien, somos felices viajando juntos, trabajando juntos, tocando, componiendo, etc. Y además Joaquín dice una cosa muy importante: “seguimos juntos también porque no hay sexo entre nosotros” (risas) Si hubiese habido sexo entre nosotros habríamos durado dos años solamente.

– Eso habla muy bien de los tres y especialmente de él, por darles un reconocimiento que quizás otros solistas no dan nunca a los músicos que les acompañan.

Joaquín es la persona más generosa que yo conozco, pero en eso y en todo. En lo material y en lo no material. En ese tipo de detalles, por ejemplo, también es muy generoso. En dejarnos un espacio, en dejarnos cantar alguna canción a nosotros de vez en cuando, que no le importa que nos vayamos de viaje, que no le importa que trabajemos si él no trabaja, no nos pide exclusividad en ningún momento. Es una persona generosísima y nos trata maravillosamente, entonces claro que dice mucho de él. Joaquín es la persona más generosa que yo conozco, sin duda.

– ¿Cómo surgieron las Noches Sabineras?

Nosotros pensábamos que el día antes de tocar en una gran ciudad, nos podíamos meter en algún bar a cantar las canciones que hemos compuesto con Joaquín, así, en pequeñito. De repente un día lo hicimos en Barcelona y nos gustó mucho y decidimos continuar con esa experiencia de tocar esas canciones que hemos compuesto junto a Joaquín para mucha menos gente. Después de eso se nos ocurrió que podríamos invitar al público a subir a cantar con nosotros. Y así se quedó el formato.

El formato es: en la primera parte cantamos nosotros canciones que hemos compuesto con Joaquín y en la segunda parte sube el público a cantar con nosotros las canciones que ellos elijan, y ha quedado una cosa bien divertida y bien diferente a las demás.

– ¿Y cómo se hace la selección de las personas que suben a cantar con ustedes?

Es totalmente democrático. Los primeros que llegan al Teatro se apuntan en una lista y ellos son los que suben a cantar. No da tiempo de cantar más de seis o siete canciones porque Antonio y yo hacemos 12 o 13 canciones en la primera parte, luego los invitados del público cantan 6 o 7, que ya son 20, y luego hacemos un bis de 3 o 4. Son 24 canciones. Es un concierto de más de dos horas, dos horas y media, entonces tampoco puede subir mucha gente a cantar. Los primeros que llegan y se anotan en la lista son los que luego suben a cantar con nosotros. Totalmente democrático. No hay preferencias.

– Han pasado cosas muy interesantes en las Noches Sabineras. Alguna vez en España se sumó Estopa y en Argentina la Paula que inspiró la canción “Dieguitos y Mafaldas” se subió a cantar con ustedes… ¿recuerdas alguna experiencia en especial?

Pues sí. Últimamente en España, nos ha pasado tres o cuatro veces que ha habido peticiones de matrimonio. Además ha coincidido que siempre ha sido en la misma canción, en “Contigo”. Cuando cantamos “Contigo”, de repente ya dos o tres veces, un señor ha parado la canción y ha sacado un anillo de compromiso y le ha pedido matrimonio a la señorita. Entonces es muy gracioso porque de repente nos estamos convirtiendo en una banda casamentera.

– Existe una gran complicidad con el público. ¿Cómo explicas esa cercanía tan especial?

Yo siempre he dicho que Joaquín tiene el público más inteligente del mundo entonces entre gente inteligente nos entendemos bien. Nosotros vamos a hacer una fiesta. Nosotros no vamos a hacer un concierto serio, ni de profesionales… quiero decir, nosotros hacemos una fiesta, un karaoke sabinero, entonces la gente agradece la cercanía, agradece las bromas, agradece las anécdotas que contamos. Es una risa todo el concierto porque estamos todo el rato contando cosas divertidas para que la gente se ría y disfrute.

Empezamos a crear un clima nada más empezar el concierto, para que cuando llegue el momento de que ellos suban a cantar ya la gente esté totalmente desinhibida, entonces realmente los ambientes que se generan son fabulosos. Al público inteligente es muy fácil convencerlo de que vaya a disfrutar y vaya a pasarlo muy bien. Y la gente lo pasa muy bien, realmente.