A pocos días del estreno internacional del colosal pasticcio musical, “La isla encantada” (sábado 21 de enero), el destacado crítico de ópera, y director adjunto transmisiones Met, explica las razones del resurgimiento del canon barroco en el Metropolitan de Nueva York, que permite el máximo lucimiento vocal de grandes estrellas como Joyce Di Donato y Plácido Domingo.
¿Por qué cree que el Met apostó por este pastiche musical, esta “fantasía barroca” como han definido para la temporada 2011/12? ¿Cuál es el atractivo de esta apuesta?
Porque pese a contener música maravillosa, las obras son extensas, muchas veces con argumentos poco sustanciales, devorados por la mitología antigua, y con una estructura enraizada en un largo desfile de arias que suelen provocar monotonía. El Met apuesta por este pasticcio con el doble afán de revivir una práctica que funcionó muy bien en la antigüedad, ya que sólo seleccionaba momentos probados y aprobados en materia musical. El atractivo está justamente en la selección musical, donde se suceden sólo números de máximo atractivo (sandías caladas), tanto en belleza melódica como de máximas posibilidades de lucimiento vocal para cada uno de los cantantes.
El argumento fusiona personajes de los clásicos de Shakespeare: “Sueño de una noche de verano” y “La tempestad”. ¿Qué condiciones piensa que revisten estas obras para conjugarse con la música del periodo barroco”?
“La isla encantada” propone un argumento que es independiente de esas obras, pero fantasea con una galería fusionada de sus personajes. El trabajo de selección musical realizado por Jeremy Sams buscó lo mejor para cada uno. Las características o perfil de cada personaje viene asociado con música elegida con pinzas. Por ejemplo, la aparición de Neptuno se produce a los potentes sones del himno “Zadok, the Priest” de Haendel, el mismo utilizado por la futbolística Champions Geague. “La isla encantada” culmina con todos los intérpretes cantando el “Aleluya” del oratorio “Judas Macabeo” del mismo Haendel.
¿Qué papel juegan en escena la soprano Joyce Di Donato y el tenor Plácido Domingo?
Curiosamente estos artistas encarnan personajes (Sycorax y Neptuno) que no aparecen en las dos comedias shakesperianas señaladas. Siguiendo costumbres muy propias del barroco, ellos están para lucir sus impresionantes condiciones vocales (DiDonato) y su señorío artístico (Domingo). Con ello se enriquece la constelación de estrellas de una producción que desde su estreno, el pasado 31 de diciembre, comenzó a arrasar con triunfos en el Met. Serán 8 funciones, de las cuales la transmitida a todo el mundo vía satélite el próximo 21 de enero será la quinta.
¿”La isla encantada” será una producción muy parecida a “Rodelinda”?, esta última ópera original del período barroco y estrenada en esta temporada.
Desde que Peter Gelb asumió en 2006 la dirección del Met, están pasando muchas cosas nuevas. Por una parte comenzaron las transmisiones vía satélite y una declarada externalización e internacionalización de su quehacer. Por otra, se advierte una clara modernización de las puestas en escena. “El anillo del nibelungo” y “Fausto” lo demuestran. Pero también se ha comenzado a dar más peso al repertorio de la ópera barroca. No debe olvidarse que en el siglo 17 y 18 la ópera era el eje dominante de la actividad musical. Este mayor peso es consecuente con la verdadera resurrección que experimenta la música barroca en todo el mundo.