‘Pide un deseo’ es el nombre del nuevo disco de Magdalena Matthey. La destacada artista chilena presentará este trabajo -que define como un grupo de “canciones para entrar a la médula” y reencontrarnos con nuestras creencias populares- el próximo 21 de noviembre.
Acerca de lo que mostrará el 21 de noviembre, Magdalena Matthey cuenta: “voy a tocar el disco en su totalidad, también voy a integrar algunas cosas de discos anteriores ¡y por ahí habrán algunas sorpresas!”
Tras superar un cáncer de mama, Magdalena vuelve a los escenarios con una energía especial, esa que se obtiene al pasar -y superar- momentos difíciles. “Me siento diferente en lo interno”, dice la cantautora.
“Yo sufría mucho de pánico escénico, lo pasaba no tan bien. Hoy no, hoy me siento más contenta y agradecida de tener fuerza y un cuerpo para poder hacer lo que quiero hacer que es cantar y contar canciones”, afirma.
– ¿Cómo se gestó ‘Pide un deseo’?
Este disco tiene harto tiempo de gestación porque pasaron hartas cosas entremedio. Las canciones se vienen trabajando desde hace unos cuatro o cinco años. Mi último disco (‘Afuera’) se publicó en el 2007 y a partir de ese tiempo empecé a construir algunas canciones. Entremedio nació un disco con canciones de Congreso, y terminé mi disco el año pasado, pero me diagnosticaron cáncer de mama, entonces lo dejé detenido. Ésta va a ser la primera vez que me voy a lanzar con todos los temas porque hay algunas canciones que yo venía cantando en algunos conciertos, pero hay temas que la gente no ha escuchado.
– ¿Cuáles son las temáticas que abordas en este álbum?
Las temáticas del disco tienen mucho que ver con las creencias populares, harto contenido que se gestó sin haberlo pensado mucho. La verdad es que la manera que tengo de trabajar es con lo que va fluyendo espontáneamente, pero hay una fuente común que es la infancia, todas las vivencias que uno ha tenido, más la ciudad que te va contando cosas. También hay cierta nostalgia como de querer intentar que la gente no deje pasar su historia, que no quede en el olvido. Por otro lado, es como dignificar a las personas que no tienen un espacio en la sociedad; por ejemplo, los travestis. Dignificar su sentido, sus maneras, sus opciones. También está la prostitución. Esas temáticas están dentro del disco, pero están de una manera súper delicada. Son canciones de amor. Por ejemplo, “Sin Camelias” habla de la prostitución; es un tema fuerte, como un tango, pero busca llegar a la gente para cambiar un poco nuestra mentalidad. Son canciones para entrar en la médula, para reflexionar.
– ¿De dónde nace tu inquietud por rescatar nuestras raíces y nuestra identidad nacional a través de la música?
Tengo la suerte de tener una madre que nació y se crió en el campo. Ella tiene todas esas raíces, aún compone, tiene 90 años y aún lo hace con su máquina de escribir, entonces yo nací en un ambiente en donde las raíces estaban ahí en evidencia. Mientras muchos tienen que ir al campo a investigar a los campesinos, yo lo tuve y lo tengo ahí mismo, es algo que está en mi cuerpo, en mi genética.
Por eso quizás mi trabajo es tan mezclado. Mi madre se vino a Santiago y se casó con un citadino y yo tengo la mezcla de sus tradiciones más las de mi padre y la experiencia de haberme criado en la capital. Todo eso uno lo va absorbiendo y lo va observando y finalmente se traduce en las canciones.
– ¿El diagnóstico de cáncer produjo un cambio en la creación de este disco?
No, porque estaba listo de antes, pero la diferencia es que se llamaba ‘Pido un deseo’ y lo cambié por ‘Pide un deseo’ para hacerlo más universal, o sea, que en el fondo que toda la gente tenga ‘la posibilidad de’. Se convirtió en algo no tan personal. Las canciones igual tienen vigencia. Obviamente el tema del cáncer es una oportunidad: yo lo veo y lo he vivido como una tremenda oportunidad para la música que va a venir, sin duda. Es una experiencia súper fuerte, potente y a lo mejor suena divertido, pero estoy súper agradecida de haberla vivido. Se trabaja mucho el tema de la empatía hacia los otros, acerca del dolor del ser humano que es tan universal y a lo mejor la manera de interpretar el disco viene de otra manera, a lo mejor más de agradecimiento, más alegre, si tú quieres.
– Por eso ocupaste tu imagen sin cabello para el arte del disco…
Sí, porque era necesario dejar un testimonio para mí y para los demás de lo que es enfrentar una realidad, porque a veces uno oculta esas cosas y la verdad es que es importante hacerse cargo y dar un testimonio de lo que va ocurriendo. Ojalá le pueda servir a otro. Siempre es como estar al servicio, esa es mi intención: que todo lo que a uno le ocurra le pueda ayudar a otro.
– Durante este proceso, ¿cómo te ayudó la música?
La música es un medio de comunicación, es un medio que me conecta con las personas y conmigo misma. Es un puente de encuentro y también es como una mujer generosa. En este proceso tuve que estar mucho en silencio, con eso de las quimioterapias uno no puede hacer nada. Yo lo viví con mucho cansancio y desgaste; no podía ver tele, leer ni escuchar música, era sólo mirar el techo. A pesar de eso la música siempre está rondando a la espera, súper paciente y la verdad es que en eso me di el tiempo necesario de aguardar a que las energías volvieran y la música en ese sentido es súper importante. Es mi vestuario, es lo que me llena en la vida.
– ¿Cuáles son tus expectativas del concierto del 21 de noviembre en el Teatro NESCAFÉ de las Artes?
En este momento estoy disfrutando del proceso. Me encanta todo lo que está pasando porque no es sólo juntarse a ensayar: es conversar, comer, compartir. En estos momentos estoy disfrutando cada segundo de aquí al 21 de noviembre y por supuesto que la expectativa es que venga mucha gente, que esté lleno para compartir porque esto es una fiesta, una conversación, un momento súper sensible más allá del tema del cáncer. Es un momento para que la gente lo pase bien, se lleve el disco, pueda sentir…
– ¿Quiénes te acompañarán ese día sobre el escenario?
La banda de base está compuesta por Simón González en guitarra, Federico Faure en el bajo, Tilo González (Congreso) en batería, Sebastián Almarza en el piano e invitamos a Cristian Carvacho, hoy, el percusionista que toca junto a Nano Stern.
Además voy a estar acompañada de un coro, la Agrupación Coral Femenina El Bosque, que son unas 20 chiquillas con las que yo también compartí hace unos dos años atrás y que están trabajando un repertorio latinoamericano. Están saliendo fuera de Chile y lo que me gusta es que son de una realidad no tan fácil, tienen realidades bien complejas, pero son mujeres súper sensibles y súper fuertes y aceptaron con los brazos abiertos esta invitación y eso me tiene súper entusiasmada.
– ¿Por qué escogiste el Teatro NESCAFÉ de las Artes para lanzar tu disco?
Porque me gusta el Teatro, me gusta la energía que tiene y tocar en un teatro es distinto a tocar en lugares chicos. Lo que se transmite es distinto. Quizás mi música es reconocida por ser más íntima, pero quisiera ampliar un poquito más eso, que se abra un poquito más, tratar de empezar a llegar a un poco más de gente.
– Si pudieras invitar al público a que venga al Teatro el próximo 21 de noviembre, ¿qué les dirías?
Que se van a encontrar con unos músicos extraordinarios, con una gran calidad interpretativa, con música fusión latinoamericana, pero también novedosa y con distintos matices. Se van a encontrar con toda esta fuerza femenina y no hablo sólo de las mujeres, sino de la feminidad universal, porque el hombre también tiene un lado femenino que es bien interesante de mirar y que tiene que ver con la sensibilidad. Y se van a encontrar con un cariño enorme.
Magdalena Matthey – Lanzamiento ‘Pide un deseo’
Sábado 21 de noviembre – 21:00 horas
Entradas a la venta en Ticketek y sin cargo por servicio en boleterías del Teatro.
Más información aquí.