Christopher Manhey
Hace algún tiempo, surgió en mí el interés de producir un disco con un contenido espiritual transcendente y cuya motivación fuera acercar a las personas a un reencuentro con este aspecto de la vida, que tantas veces se olvida o queda en un segundo plano en una era tan agitada como en la que vivimos. Desde mi perspectiva, la música es una de las mejores medicinas para el estrés, la depresión, la angustia y tantas otras enfermedades que se han vuelto tan comunes en nuestros días.
Fue así como un día asistí a un concierto de Krishna Sambandha, y me sentí inmediatamente identificado con su música y su mensaje.
Los integrantes de esta banda poseen una gran trayectoria de estudios y dedicación profesional en el ámbito musical. Varios han vivido y estudiado en India bajo la guía de grandes maestros, lo cual queda reflejado en la ejecución de sus presentaciones. El hecho de estar compuesta por integrantes de ambos sexos da también a esta agrupación una proyección de equilibrio, balance y armonía en el escenario.
El reencuentro con lo más profundo de uno mismo y con la Divinidad a través de su música es una experiencia común en quienes asisten a sus conciertos.
Como músico también me he sentido muy atraído e inspirado, no sólo por la belleza, sino también por la complejidad de los más de 9 instrumentos de India que Krishna Sambandha presenta. Todos poseen una riqueza sonora única, generando vibraciones que remecen el corazón al evocar recuerdos, paisajes y sueños.
A diferencia de la occidental, la música de India no utiliza partituras, sino que gran parte es improvisada dentro de ciertas reglas preestablecidas (similar en este aspecto al jazz). En ese sentido, el campo de creatividad y expresión espontánea es muy extenso, lo cual agrega riqueza estética a cada composición.
Krishna Sambandha, a través de su música, busca presentar un aspecto alegre y cercano de la Divinidad. De hecho, «Krishna» es el nombre que se le da a la Divinidad en India, y su significado es «El Más Atractivo». En los tratados filosóficos más antiguos del subcontinente asiático, es descrito como El músico Supremo que siempre está encantando a todos con el sonido de su flauta.
De esta manera, la banda tiene como misión principal transmitir esta bienaventuranza espiritual al auditorio, con sonidos realmente asombrosos para el oído occidental, Mantras y canciones devocionales, que aún oponiendo resistencia te trasladarían, sin duda, a las lejanas tierras de oriente.
Grabar un disco con esta banda fue un gran desafío y una experiencia muy enriquecedora. Creo que para cualquier ingeniero de sonido, grabar más de 100 cuerdas resonando en conjunto (las de un Sitar más la de un Santoor) o percusiones tales como el Tabla, Pakhawaj, Mrdanga, cada una de las cuales emite por sí misma más sonidos que una batería occidental, es un reto importante que llena de expectativas y emoción. Cada detalle fue estudiado con suma precaución para no perder ninguna vibración de los instrumentos, llegando a realizar sesiones de grabación de más de 12 horas seguidas.
El gran trabajo en conjunto, tanto del equipo técnico como de la banda, generó un resultado increíble. Además la grabación se llevó a cabo en uno de los mejores estudios de Latinoamérica, que está en Chile y se llama Estudios del Sur.
Estoy seguro de que esta obra tocará el corazón de muchas personas y las reconectará con un hermoso aspecto de la vida: la devoción y el amor hacia el Ser Supremo, la naturaleza y todos los seres vivientes.
Christopher Manhey
Productor musical de origen chileno, ganador de un Grammy por su trabajo en “Déjenme llorar” de la artista mexicana Carla Morrison, elegido en 2012 como Mejor Álbum de Música Alternativa. Produjo el primer disco de Krishna Sambandha, que será presentado el 21 de marzo en el Teatro NESCAFÉ de las Artes.