Trabajar haciendo reír a las personas no es una tarea fácil. Bien lo saben los actores de la compañía de teatro catalana Tricicle, quienes han volcado toda su creatividad en pos de la alegría de todo el público que los ha visto actuar durante más de 30 años.
Conversamos con unos de sus fundadores, Joan Gràcia, quien desde España nos cuenta algo acerca del trabajo del cómico y de los afortunados actores de Tricicle Dos (Clownic), quienes viajan por todo el mundo mostrando las obras de la compañía.
«Envidio profundamente a los ‘Clownicos’ porque ellos son los que últimamente viajan mucho más que nosotros», confiesa Gràcia y asegura que el espectáculo «100% Tricicle» – que presentaremos en nuestra sala desde el 22 al 26 de enero- es una muestra de cómo el humor puede revertir situaciones poco afortunadas o ayudarnos a olvidar nuestras preocupaciones durante una hora y media.
– ¿Cómo resumirías la historia de Tricicle? Ya son más de 30 años haciendo reír al público…
Es como una especie de película acerca de tres estudiantes que entran en el Instituto de Teatro de Barcelona, a la escuela de pantomima, cuando el mundo del mimo no tenía ningún tipo de acceso a los teatros y todo era más bien algo que podías hacer en la calle o en algún pequeño café. Entonces, ha sido una película maravillosa que empezó muy bien y en la que ya llevamos treinta y tantos años; hemos hechos espectáculos, cine, publicidad y todos esos momentos han sido buenos y con buenas críticas… un sueño. Esto ha sido una película de sueño.
– ¿Cómo surgió la idea de crear sketches breves, que hiciera reír rápidamente y que además no tuvieran la necesidad de recurrir a la palabra como recurso mayor?
Supongo que inspirados en lo que nos rodeaba y que es en lo que seguimos inspirándonos. Siempre decimos que somos más hijos del cine e incluso de la televisión que del propio teatro aunque hagamos teatro y nos guste mucho. Pero el cine es mucho montaje y en una película todo es más rápido. Necesitas ser más breve y más directo a veces que en el teatro convencional. Por eso, de alguna manera escogimos hacer visiones de lo que es la vida, cosas que vemos alrededor; y esas anécdotas y situaciones siempre son cortas.
– 100% Tricicle reúne sketches de los siete espectáculos de Tricicle. ¿Cómo hicieron la selección?, ¿fue difícil hacerla?
No. Una parte son los sketches que quizás nos gustan más y la otra es una selección de lo que le ha gustado más al público, donde se ha reído mucho más. No fue nada difícil.
– ¿Cuál es su fuente de inspiración a la hora de crear un espectáculo? ¿Cómo se les ocurrió, por ejemplo, hacer «Los tres dodotes»?
La fuente de inspiración viene de las cosas que vemos a nuestro alrededor. Queríamos hacer, por ejemplo, un espectáculo sobre deportes. Entonces nos fijamos en los deportes, en qué partes de eso puedes sacar que sea representable en un teatro y que, a la vez, sea cómico para el público.
El sketch de los bebés se nos ocurrió viendo niños cuando empiezan a caminar. Los observas y eso luego lo dramatizas. Lógicamente un actor de treinta y tantos años haciendo de un niño de un año, pues de alguna manera ya tiene una comicidad en sí.
Nosotros somos observadores de la vida y de lo cotidiano, pero cuando vamos a hacer un espectáculo no nos encerramos a estudiar el tema. Supongo que tenemos un disco duro en donde archivamos muchísimas imágenes que hemos visto en el cine, la televisión y la vida. Y cuando necesitas hacer algo lo tienes ahí, una imagen que te ha quedado grabada en el disco duro y la utilizas.
El sketch de los bebés era una broma que nos hacíamos entre nosotros. Vestidos normales nos acercábamos y nos observábamos caminando como los niños. En un momento dado nos causó mucha gracia y pensamos que podría ser un sketch y, bueno, nos desnudamos, nos pusimos pañales y marcamos cómo sería el sketch y funcionó de maravilla.
– Tricicle ha conseguido el cariño del público y el elogio de la crítica en distintos lugares del mundo. ¿Cómo lograron que su trabajo tuviera un carácter tan universal?
Porque nuestras propuestas y el humor que utilizamos son universales. No hacemos un humor cultural de Barcelona, catalán, español o latino… no. Un bebé, por citar un ejemplo, empieza a andar igual en China, Japón, India y Chile. El tenis se juega en todas partes igual, no hay regalas diferentes. Entonces buscamos cosas que le afectan al hombre en general y al margen de culturas. Al ser humano que se enamora, se tropieza, llora, ríe. Tampoco es algo que buscamos, es el humor que nos salió en forma espontánea.
– ¿Cuál dirías que es la receta para que un sketch haga reír a distintos tipos de público (y generaciones) por más de tres décadas?
No tenemos una fórmula. Es algo más intuitivo. Con la experiencia que hemos ganado con estos años, nos imaginamos una idea y cómo funcionará.
Hay una clave que es la sorpresa. Al público lo tienes que sorprender y luego el humor es un poco coger la realidad y darle la vuelta, verle el lado contrario a la realidad y eso también se llama sorpresa.
– ¿Cómo es la relación entre ustedes y Clownic?, ¿qué sensación tienen al ver a otros actores interpretando sus obras?
Es una relación muy larga y estrecha. Trabajamos con ellos desde hace mucho tiempo y son un poco nuestros herederos. Lo bueno es que son 20 años más jóvenes que nosotros y pueden saltar y correr más que nosotros, que ya estamos cerca de los 60 (risas). Entonces, ellos pueden hacer cosas que nosotros no podemos, como en el espectáculo «100% Tricicle» en donde nosotros ya no nos podemos poner los pañales… haríamos reír, pero no por el sketch sino por ver a unos señores mayores en pañales (risas).
– A nivel personal, ¿tienes algún sketch favorito o del que te sientas especialmente orgulloso?
Hay muchísimos. Creo que en «100% Tricicle» están representados muchos de ellos. Recuerdo uno que al que le llamábamos «El puteador», porque es un señor que causa escalofríos en el público (haciendo sonidos) con una pizarra, un plato y un tenedor. Causa risa, pero a la vez da escalofríos. Me gusta porque, por sobre todo, es fácil de hacer. Muchas veces en el humor lo más fácil y lo más sencillo es lo que llega más. Y es mejor un chiste cuando es más corto y directo que uno que tienes que estar contando por cuatro minutos.
– En la actualidad manejamos quizás más información que nunca antes. Cada día salen a la luz pública nuevos escándalos políticos, especulaciones, monopolios, casos de corrupción y un largo etcétera. En ese marco, ¿qué tan importante dirías que es el poder reírnos?, ¿crees que el arte es una válvula de escape?
Reírnos es la base. Si a raíz de todas esas situaciones no hubiese sentido del humor, pues apaga y vámonos porque no tendríamos salida. En las peores épocas, en guerras, en situaciones de dictadura, crisis, etcétera, lo que buscaba la gente era un poco de entretenimiento, humor, cosas que te ayudaran a olvidar la realidad. Y nosotros estamos muy contentos de proporcionarle al público esa hora u hora y media de distracción. Nos podríamos haber propuesto hacer humor sobre estos temas, pero preferimos hacerlo sin recordar ese tipo de cosas porque la realidad ya te la recuerda. Preferimos huir de estos temas y hacer que el público se olvide durante una hora y media de todos estos casos que desgraciadamente vemos a nuestro alrededor.
Nosotros y los ‘Clownicos’, cuando termina el espectáculo, salimos al hall del recinto donde nos presentamos a despedir a la gente. Ahí es donde el público te agradece y además muchas veces te cuentan que están pasando un mal momento ya sea de salud, económico o sentimental y que gracias al espectáculo han podido olvidar y salir del teatro con una visión diferente del mundo. Eso es maravilloso para un cómico.
– Tu carrera es extensa, muy variada e incluye actividades como el diseño de vestuario, dirección de teatro, guiones para televisión y cine, etc. ¿Qué significa para ti poder trabajar en el mundo del espectáculo?
Empecé muy pronto a trabajar y partí en un banco como empleado. Entonces sé muy bien lo que es trabajar muchas horas al día, estar haciendo algo que quizás no te gusta y tener un jefe que te mande. El teatro me ha proporcionado la posibilidad de ser mi propio jefe, hacer aquellas cosas que realmente me gustan y estar cerca de la gente. El teatro también me ha dado una economía estable porque hemos tenido éxito, hemos podido viajar trabajando y así es la mejor manera en que conoces los países, mucho más que como turistas. Además, los tres nos respetamos muchísimo y nos damos los tiempos para nuestras actividades individuales, cosa que seguramente, de haber seguido siendo empleado de banco, no hubiera podido hacer.
“100% Tricicle”
Del 22 al 26 de enero
Entradas a la venta en Ticketek y boleterías del Teatro. 20% de descuento para los socios de la Comunidad Teatro NESCAFÉ de las Artes y Club de Lectores de El Mercurio.