El desafío de abrir espacios a la danza

Cuando tomamos la decisión de formar nuestra propia compañía de ballet lo hicimos con la ilusión y el entusiasmo imprescindibles para enfrentar cualquier reto, y con la confianza que nos otorgó el tener a Sara Nieto, una de las grandes figuras latinoamericanas de la danza clásica, como nuestra aliada y cómplice.

El Ballet Teatro NESCAFÉ de las Artes nos ha brindado grandes satisfacciones y se ha convertido en una vitrina para los bailarines.

Fue el mismo afán que nos motivó a rescatar el viejo Teatro Marconi de la picota del olvido el que tres años después nos impulsó a dar este nuevo paso: el deseo y la determinación de ofrecer al público santiaguino programación de primer nivel y contribuir con el crecimiento de la oferta cultural de nuestra querida ciudad.

Desde que el Ballet Teatro NESCAFÉ de las Artes dio sus primeros pasos en el año 2012 nos ha brindado grandes satisfacciones. Debutó con un programa doble que combinó «Pedrito y el lobo» y «Canciones para mirar» (con música de María Elena Walsh) en julio de ese año, y meses más tarde mostró su crecimiento con una hermosa versión de «El Cascanueces», que contó con vestuario y escenografía diseñados por Germán Droghetti y logró que nuestra sala se llenara con la alegría y fascinación de niños, niñas y adultos.

Entre otras cosas, nuestro Ballet se convirtió en una vitrina para los bailarines, quienes han sido llamados por otras compañías, como el Ballet de Santiago.

Cuando a mediados de 2013 fue tomando forma «Coppelia», el tercer montaje, sentimos una satisfacción incomparable, pues con el enorme esfuerzo que conlleva el hecho de sostener una iniciativa cultural privada, con el talento de primeros bailarines internacionales que se sumaron a este proyecto, y con la entrega, maestría y rigurosidad de Sara Nieto, se consolidó nuestra joven compañía. Ruth Provoste estuvo a cargo del vestuario y Salvatore Pellizzari diseñó la escenografía.

Ahora, un año más tarde, «Coppelia» ha regresado a nuestra sala. La puesta en escena, la coreografía, el vestuario… cada detalle ha sido afinado para seguir deslumbrando al público de todas las edades. Los resultados obtenidos en estos dos años y la respuesta de quienes han asistido a las funciones realizadas nos llenan de orgullo y nos impulsan a seguir adelante con el hermoso y necesario desafío de abrir nuevos espacios a la danza.

Irene González Peña
Directora Ejecutiva

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