El bailaor chileno que triunfa donde nacen los bailaores


Sara Nieto

Hace una década, cuando yo era jurado en el programa de Canal 13 “Todo es baile”, conocí a Pedro Fernández. Muy joven se presentó con su recién formada compañía Embrujo Flamenco y me causó un impacto ver tanta calidad. Tanto su agraciada figura como el cuerpo de baile que él mismo formó.

Obviamente tenía una gran formación en flamenco (con maestros como Antonio Larrosa y José Luis Sobarzo, entre otros), pero inteligentemente también estudió ballet clásico y otras danzas para desarrollar una técnica admirable, la que junto a su personalidad, empuje y fuerza interior delinearon un artista como pocas veces se ve en Chile.

En cada presentación, Pedro Fernández se ganaba el clamor del público y también los premios.
Seguí atenta su ascendente carrera que impresiona por su maduración, desarrollo técnico y artístico. Humildemente, pero con mucha inquietud profesional, fue a estudiar a España en varias oportunidades con grandes maestros, especialmente con Cristóbal Reyes, quien ha formado a figuras de la envergadura de Joaquín Cortés y Sara Baras, regresando cada vez con un crecimiento técnico y artístico impresionante.

Me asombró una vez más cuando decidió radicarse y continuar su carrera en España, cuna del flamenco donde muy pocos extranjeros logran triunfar. Y fue aceptado y aclamado como si fuera local.

El año pasado lo vi en España, donde tiene una gran actividad, tal como en otros lugares de Europa, llegando con su compañía incluso hasta China, plantándose con la misma fuerza en cada escenario.

Me dio mucha alegría que este año recibiera el Premio Altazor 2014 al Mejor Intérprete de Danza, ya que se reconoce a un gran artista que ha trabajado con dedicación, pasión y constancia.

Su nuevo espectáculo, “Flamenco de ida y vuelta”, será imperdible no sólo para quienes aman el flamenco, sino también para todos aquellos que aman la danza en general.

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