David Lebón y su retorno a Chile: «Creo que merecemos conocernos más»

Con más de 40 años de impresionante trayectoria, su nombre está inscrito en la historia del rock en español. David Lebón regresa a Santiago este 19 de marzo para repasar los éxitos que marcaron a una generación y que aún suenan cercanos.

«Desde que fui la primera vez, siempre me he sentido muy querido en Chile y las veces que he vuelto me he sentido como en casa. Estoy contento de regresar», dice el argentino, a días de llegar por primera vez a nuestra sala.

– ¿Cuál fue el momento en el que decidió ser músico?

Fue cuando escuché los primeros acordes de The Beatles. Recuerdo haber estado viajando en barco con mi madre hacia Estados Unidos y con una niña escuchamos las canciones de ellos. Me sorprendió mucho porque nunca había escuchado una cosa así. Le dije a mi madre «no sé lo que es, pero quiero hacer esto». Pasé mi infancia en Estados Unidos y fue un época de cambios, The Beatles transformaron al ser humano en juventud. Todo estaba cambiando. Muchas cosas aparecieron de golpe y comenzaron a aparecer grupos en la escuela.

– ¿Y el primer instrumento que tocó?

La batería. Me encantaba Ringo Starr y quería tocar como él. Después me gustaron otras cosas. Probé la guitarra pero era más difícil por las cuerdas y la batería es sólo ritmo. Aprendí a tocar guitarra con las velocidades de los antiguos tocadiscos. Los bajaba a 16 (lo más lento) y sacaba los acordes, y así fui aprendiendo. Nunca tuve tiempo para estudiar. Mi madre fue de gran ayuda, una vez me dijo «yo te apoyo en todo pero me tienes que prometer que vas a ser famoso». Cuando edité mi primer disco, se lo llevé, lo escuchó y su cara emocionada aún la recuerdo.

– A principios de los ’70 fue parte de Pescado Rabioso, la banda de Luis Alberto Spinetta, ¿cómo recuerda esa época?

Ellos tenían un bajista pero se fue. Yo era parte de un grupo llamado Color Humano, tocaba la batería, pero me gustaba Pescado Rabioso. Conocía a Luis y fui «caradura» a decirle que quería tocar con ellos. Me dijo que sí, pero que esperara unos meses para que no se armara lío. Finalmente no pasó nada, terminé tocando el bajo sin que nadie se enojara.

– Con Spinetta tuvo una relación de amistad que perduró por años…

La verdad es que a Luis lo extraño terriblemente. Lo llevo en mi corazón. Estuvimos conectados siempre. Ambos tuvimos momentos complicados con nuestras familias. Habíamos estado peleados por celos musicales, pero mi hija tuvo un accidente y él estuvo presente, fue el único que realmente estuvo ahí. Éramos muy hermanos, no nos veíamos todos los días pero sí estábamos constantemente al tanto de lo que pasaba.

– ¿Cuánto se extraña a Spinetta? ¿El mundo necesita a alguien como él?

Por suerte, hay, pero no en Latinoamérica. Están muy escondidos. Hace mucha falta gente como él, porque Luis es como una buena comida, no de esas que te caen mal.

– Pappo (Norberto Aníbal Napolitano) también es otro ilustre del rock argentino con el que pudo compartir…

Y también se me fue. Incluso con Luis y Pappo nos veíamos mucho, sobre todo cuando éramos más jóvenes. El primer grupo en el que toque después de volver de Estados Unidos estaba Pappo. Tocamos en La Pesada y en Pappo’s Blues.

– En 1973 hay un hito en su vida, que es la publicación de su álbum debut homónimo, en el que tocó todos los instrumentos.

Sí, salvo en un tema donde Pappo toca el piano («Treinta y dos macetas»). En ese momento Pescado Rabioso había tenido un break y grabé en una semana por la ansiedad que tenía. La experiencia fue increíble, era otro tipo de música, un rock and roll casi metálico.

– Otro de sus hitos es haber sido parte de Serú Girán, un grupo muy popular en el que compartió con Charly García y Pedro Aznar, ¿cómo fue esa época?

No teníamos ni idea de lo que podíamos provocar. Yo soy de River Plate y hacer dos conciertos repletos en el estadio de ellos fue increíble, fue un sueño. Aunque también fue una época complicada, sobre todo por la presencia de militares, no sólo en Argentina, también en Chile.

– Hace algunas semanas se supo la recuperación del catálogo del sello Music Hall en Argentina, que incluye discos históricos que pueden reeditarse, ¿qué importancia tiene eso para la música en español?

La verdad es que yo no tenía idea de lo que había pasado, así como no sabía lo que tenía que hacer cuando grababa. Los latinos no aprendimos lo comercial, para mí tocar era tocar, si no me pagaban yo tocaba igual. Y así comenzaron a aparecer los «vivos», los que agarraban las cintas y las guardaban, algo que pasa también en otros ámbitos de la vida. Cuando ven que a una persona que no le importa mucho, aparece el «vivo».

Esta recuperación es increíble, me parece que es una oportunidad. Para mi cabeza es una tranquilidad, es como si abrieras una puerta y salieran un montón de murciélagos. Yo no tenía idea lo que pasaba, ni dónde estaban mis cintas, ni quién las tenía. Es muy importante esta recuperación y va a aparecer mucho más.

– ¿Hay algo a lo cual le tema en estos momentos?

Sí, tengo miedo de no saber dónde y cómo me voy a morir. Es como tener algo sobre nuestra cabeza y no saber cuándo ni cómo caerá. En estos momentos trato de vivir mi vida lo mejor posible, estoy meditando, estoy tratando de ir para adentro, no ver lo que pasa en el mundo para no perder el tiempo. Prefiero darme ese tiempo sólo para mí y para poder dárselo a los demás. Si yo no estoy bien, no te puedo dar amor a ti. Y yo hago un trabajo que tiene mucho que ver con el amor. Cantar me cura y me hace bien.

– ¿Hay diferencias entre sus shows actuales y los que ofrecía con Pescado Rabioso, Serú Girán o en solitario?

La diferencia es que ahora me pongo más nervioso. Antes, por ahí tomaba alcohol y subía medio «tocado» y esas cosas. Pero ahora, a mi edad, lo tomo como un trabajo y muy en serio, porque me gusta mucho más lo que me da ahora que lo que me daba antes. Tuve amigos ficticios, tuve drogas ficticias, todo era mentira alrededor, lo único de verdad era el amor del público y tocar.

– ¿Cómo está preparando el show que lo traerá de regreso a Chile?

Vamos a hacer un poco de todo. Pienso que va a estar bueno porque vamos a tocar temas que no son tan conocidos por allá. Creo que merecemos conocernos más, entre ustedes y yo. Si están abiertos de corazón, van a sentir amor como el que siento yo. Tengo mucho para dar y podemos estar juntos en paz durante las casi dos horas que dura el show. Compartir un lugar que no tenga nombre, que no tenga color, que tenga solamente una amistad incondicional y para siempre.

David Lebón en concierto

Sábado 19 de marzo – 21:00 horas
Entradas a la venta en Ticketek y sin cargo por servicio en boleterías del Teatro, con descuentos especiales para los socios de la Comunidad Teatro NESCAFÉ de las Artes.
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