Con el estreno en Santiago de la obra “Una relación pornográfica” se marcará un hito en las tablas chilenas: ésta será la primera vez que Cecilia Roth -una de las más grandes actrices hispanoamericanas de las últimas décadas- pise un escenario nacional. Y lo hará acompañada de Darío Grandinetti.
Este encuentro con el público chileno es motivo de “mucha alegría” para la artista. “He hecho cine allá, pero nunca teatro, así que tengo mucha curiosidad por lo que va a pasar y muchas ganas”, comenta a días de su llegada.
«La obra habla de atreverse a vivir al lado de un enigma y del enigma que es el amor, también», asegura Cecilia Roth.
Cecilia disfrutó desde muy chica de la posibilidad de “jugar a ser otro” y empezó a formarse como actriz a muy temprana edad. “Más que una decisión, fue lo que la vida tenía preparado para mí”, reflexiona.
Su filmografía abarca más de medio centenar de títulos y sería capaz de despertar el respeto de cualquiera: a los 20 años ya había hecho su debut en el cine y poco después fue parte de la primera película de Pedro Almodóvar, Pepi, Luci, Bom… y otras chicas del montón (1980). Ha hecho otros cinco filmes junto al director español, incluido Todo sobre mi madre, trabajo que le valió el Premio Goya a la Mejor Actriz. Ese mismo galardón lo había recibido dos años antes cuando se convirtió en la primera artista no española en conseguir tal reconocimiento, gracias a su papel en Martín (Hache) (Adolfo Aristarain, 1997).
La actriz asegura estar atravesando “un momento laboral en estado de gracia”. En los últimos años se reencontró con Almodóvar en Los amantes pasajeros, trabajó junto a Darío Grandinetti en Matrimonio y, casi al mismo tiempo, llegó “Una relación pornográfica”.
«Llevamos ya un año y medio con ella”, comenta Roth sobre la obra que, tras presentarse en Buenos Aires por varios meses, llegó también a Mar de Plata, Montevideo y Bogotá, donde fue parte del Festival Iberoamericano de Teatro. “Es mi primera experiencia haciendo gira y, por supuesto, mi primera experiencia en un festival de teatro, así que fue muy, muy gozoso. Yo desconocía este placer de la continuidad tan extensa, moviéndose de escenarios, en una especie de gira roncanrolera, porque siempre que he hecho teatro había estado en el mismo escenario”, explica.
“Una relación pornográfica” ha tenido una gran acogida por parte del público y la crítica.
Me siento muy agradecida por esto que ha sucedido con la obra y por lo que nos ha sucedido a nosotros internamente con este proceso tan creativo y tan personal, de tanto crecimiento.
Como actriz has trabajado en cine, televisión y teatro, ¿qué satisfacciones encuentras en las tablas?, ¿hay algún desgaste en la repetición que conlleva el teatro?
Yo lo asocio mucho al yoga. Hago yoga ashtanga hace muchos años y uno siempre repite las mismas posturas y le va agregando. Lo que pasa es que esas mismas posturas uno va entendiéndolas cada vez mejor, va haciéndolas cada vez más relajadamente, va llegando a ellas con mayor extensión en el cuerpo y con mayor relajación, conocimiento y disfrute. Me pasa lo mismo en el teatro y particularmente en esta obra. Cada vez que la vuelvo a hacer siento que la conozco más. Me dejo llevar por el mayor conocimiento y siento que me apodero de ella cada vez más.
¿Hay un mayor entendimiento?
Hay un entendimiento no solamente racional, sino un entendimiento con el cuerpo, con el alma de estos personajes. Sin miedo, a pesar de recorrer siempre un mismo camino y sin miedo de que los pequeños cambios que eso implica puedan ser contradictorios con alguna cosa del personaje.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar junto a Javier Daulte (director)? Querías trabajar con él desde hace algún tiempo…
Hace muchos años que le vengo coqueteando a Daulte, desde la distancia porque prácticamente no nos conocíamos; nos saludábamos cuando nos veíamos. Pero tenía muchísimas ganas de trabajar con él. Lo he disfrutado y lo disfruto muchísimo. Anoche tuvimos un nuevo ensayo antes de reanudar gira y disfruté muchísimo de la obra otra vez, de Javier y de Darío, los tres de nuevo en este tren.
– La crítica argentina ha destacado mucho la química que hay entre Darío Grandinetti y tú.
La química no se fabrica, pero tenemos una manera de trabajar que nos lleva a que sea posible. Aunque tengamos formaciones diferentes, nos acercamos al trabajo de una manera muy parecida, creo. Somos los dos muy obsesivos, muy exigentes con el trabajo. Nos gusta mucho lo que hacemos. Elegimos este oficio con mucho amor y esas son cosas que hacen que uno respete mucho a la otra persona, porque se tira de cabeza a su trabajo y porque lo ha elegido con amor, entonces eso une mucho, sin dudas. Y luego la química arriba del escenario es una cuestión que sucede o no sucede, y la suerte es que sí ha sucedido.
– Háblanos un poco sobre “Ella”, la mujer que interpretas es “Una relación pornográfica”
Ella tiene ganas de una fantasía sexual que tiene en su cabeza desde hace mucho tiempo y está en el momento apropiado como para atreverse a poner un aviso en el que es muy clara con la fantasía que tiene, muy puntual, y se encuentra con un hombre que la quiere acompañar en esta fantasía. Yo no puedo hablar de Ella sin hablar de Él. Es una situación que se produce entre dos personas que comienzan un vínculo puramente sexual y luego esa intimidad y ese compartir fluidos… es lo que pasa en la vida: o se termina, punto, o aparece algo mayor, más interesante: no tenés ganas de que esa persona se vaya de tu vida, y esto es lo que les empieza a pasar a ellos. Ésta es una historia de amor.
Lo que la obra dice sobre los personajes es nada. No se sabe nada de la vida de ellos. Ella es Ella y él es Él. No tienen nombres ni siquiera. Sin embargo, el espectador los conoce inmediatamente. Apenas entran en escena empieza a reconocerlos y entender quiénes son sin que expliquen nada de sus vidas, simplemente por sus maneras de reaccionar. Yo creo que esta obra habla de que el otro siempre es un enigma; a pesar de que esté cerca de uno, es un enigma. Un enigma a conocer. Un enigma para siempre. El otro es un misterio para siempre a pesar de que uno lo conozca de toda la vida.
La obra habla de atreverse a vivir al lado de un enigma y del enigma que es el amor, también. Yo no sé si estos personajes se atreven o si es posible atreverse si uno tiene tanta conciencia de que el otro es un enigma. Uno siempre tiene la tranquilidad de que conoce mucho al otro, pero en este caso la realidad es que no se conocen, entonces eso abre opciones muy diferentes.
«Una relación pornográfica»
Con Cecilia Roth y Darío Grandinetti
Funciones del 4 al 8 de junio.
Entradas a la venta en Ticketek y sin recargo en boleterías del Teatro.