Consolidada como una de las voces más queridas y admiradas de la música portuguesa, Carminho alista su regreso a Chile para protagonizar la primera jornada del Festival de Fado 2019. Su segunda visita al país se concretará en medio de la gira de promoción de María, su quinto trabajo de estudio, elegido como el Mejor Álbum de Fado del año en los Premios Play.
«Tenemos que respetar las tradiciones, pero también a las personas que piensan de una forma diferente, nueva», asegura Carminho.
Hija de la fadista Teresa Siqueira, Carminho asegura que aprendió a cantar al mismo tiempo que aprendió a hablar. Es quizás por eso que la música es para ella una necesidad vital antes que una elección. «Necesito cantar para ser feliz y sentirme bien. Por eso canto, para expresar lo que pienso y lo que siento a través del fado», asegura al teléfono desde Lisboa.
A sus 34 años, ha logrado un interesante equilibro entre tradición e innovación, mostrando respeto, conocimiento y admiración por el legado cultural de su país, pero ofreciendo al mismo tiempo una mirada actual al género. Esa habilidad quedó más expuesta que nunca en María, su placa más reciente. Se llama así porque ese es el nombre real de su creadora -María do Carmo-, pero también porque busca retratar a la mujer portuguesa de hoy, que «tiene sus valores, tiene una tradición, pero habla de lo que piensa hoy».
«Yo pienso que el fado es un arte contemporáneo, no es un arte antiguo. Es un arte de mucha tradición, pero lo que hicimos es para hoy y para mañana», explica la artista, quien además de plasmar esta idea en las 12 canciones que integran su más reciente placa, trabajó con el destacado director creativo Giovanni Bianco para llevar este concepto también a la parte visual del disco. Desde las fotografías que ilustran la versión física del álbum hasta los videoclips de los sencillos promocionales muestran este diálogo abierto entre el ayer y el hoy.
A días de su llegada a Chile para presentarse el 29 de mayo en el TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES, conversamos con Carminho sobre el camino que la ha llevado a recorrer el mundo, ganarse el aplauso cerrado del público europeo y emprender un nuevo viaje a Suramérica.
– Estuviste en Chile en 2016 como protagonista de la primera edición del Festival de Fado, aquí en Santiago, ¿qué recuerdos tienes de esa ocasión?
Fue un concierto muy, muy bonito. Fue muy especial para mí por diferentes razones. Pude cantar en un lugar en donde había gente que nunca antes había escuchado un concierto de Fado, pero también es el lugar donde viven mi hermana y mis sobrinos, entonces al mismo tiempo estaba muy lejos, donde pocos conocían la cultura del fado, y tenía a mi familia muy próxima escuchándome. Fue muy emocionante tener a sus amigos chilenos, también, que hicieron desde que están viviendo en Chile. Pero también la audiencia del TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES que fue muy receptiva, muy calurosa. Fue muy bonito.
– Creciste rodeada de música, eres hija de madre fadista, y cantaste en casas de fado desde los 12 años. ¿Siempre supiste que te querías dedicar a la música?
Yo sabía que la música siempre estaría en mi vida, pero no sabía que sería mi profesión y mi manera de vivir. Mis hermanos y yo siempre cantamos, siempre fue una cosa bien natural en nuestra familia. Yo empecé a cantar al mismo tiempo que empecé a hablar. Después de hacer mis estudios universitarios en marketing y publicidad, viajé un año en una vuelta al mundo que hice en algún voluntariado. Tenía 21 años y fue muy importante para mi descubrimiento personal y también de lo que quería hacer. Yo cantaba ya antes en casas de fado allá en Lisboa y ganaba mi dinero, que junté para hacer este viaje. Cantaba mucho, pero no sabía que podía ser una profesión y mi manera de vivir. Sólo después tuve algunas invitaciones de grabación de algunas multinacionales, pero yo sabía que era muy joven y no sabía nada de la vida, lo que hacían las personas. Podía grabar un disco pero no sabría qué decirles. Por eso después de ese viaje empecé a trabajar con mi manager y a trabajar enteramente, con toda mi alma, en esta vocación.
– Desde el primer disco recibiste el cariño del público y también de la crítica, ¿cómo fue ese resultado después de hacer este viaje, buscar lo que querías decir y conseguir esta respuesta por parte del público?
Fue muy, muy bueno, muy compensador para mí. Una alegría muy grande porque yo estaba solamente haciendo lo que mi corazón mandaba y si a las personas le gusta es muy gratificante, pero fue más natural, no fui a buscarlo. Yo grabé los fados que cantaba ya y los que decidí que serían el camino estético que me gustaba más. Fue muy bueno sentir desde el primer día a la gente conmigo y ver el desarrollo de mi camino.
– Ese camino de búsqueda ha seguido. Ahora vienes a presentar María, tu nuevo disco, que has dicho que es el más personal de tu carrera, ¿a qué crees que se debe esto?
No sé, tal vez porque me conozco mejor y también puedo hablar de mí con más propiedad, con más legitimidad. Yo estuve haciendo un disco de bossa nova, brasilero, “Carminho Canta Tom Jobim” y echaba de menos mi fado. Por eso me puse a pensar cómo me voy a posicionar en este género musical que es mío, pero que está cambiando y está siempre desarrollándose mucho. Cómo me voy a desarrollar y cómo me voy a presentar ahora que tengo 34 años y que siempre tuve al fado en mi vida, pero estoy más experimentada, por eso no puedo simplemente cantar fado sin pensar lo que quiero dar. Siempre fue una preocupación desde el principio, pero ahora más. Y así fui recordando mis tiempos de niña, cuando estaba en casa de mis padres escuchando desde muy temprano el fado, y lo que sentía en estas noches de fado y lo que me decían estas noches, y cómo quería traducir esta emoción, estos valores, en un disco.
– Además de componer varias de las canciones del disco, hiciste el trabajo de producción. ¿Qué te llevó a tomar esa decisión?
Fue un proceso de buscar mis raíces y la producción es mía también por esto, porque es tan personal y habla tanto de mí que no podría otra persona hacerlo por mí. Y así fue, ahí está lo que pienso sobre el fado, la forma en que el silencio hace parte de la música, la forma en que muchas veces es mejor sustraer los elementos que están de más. Es un trabajo más minimalista y dedicado a las emociones del fado, a la experiencia de escuchar fado, más que a los formalismos de tocar y cantar. Y también contar las historias. Las historias y las palabras son lo más importante.
– Recientemente le otorgaron a María el premio al mejor álbum de fado en la primera edición de los Premios Play, ¿cómo recibiste esa noticia?
Me dio mucha felicidad, claro, porque es un disco que acaba de salir y también es muy importante para mí y para la forma en cómo pienso el fado. Por eso ganar este premio es una forma de sentirme reconocida y también en parte hay una motivación para continuar y hacer lo que yo creo y lo que siento. Seguir siempre con verdad.
– Esta próxima edición del Festival de Fado está dedicada al fado y otras músicas, ¿cuál es tu visión de la conversación que mantiene el fado con otros géneros musicales?
Yo pienso que es muy bueno. Todavía son necesarios los dos polos, el polo de la tradición y el de la innovación, porque el fado está en el medio, con respeto. Todos tenemos que respetar las tradiciones, pero también a las personas que piensan de una forma diferente, nueva. Por eso no hay que tener ningún tipo de prejuicio, porque al final el tiempo dirá lo que se queda en el fado.
– ¿Con qué se va a encontrar el público que asista a tu concierto?
Es un concierto para sentir, no para ver a una artista cantar, pero sí para sentir las historias. Voy a contar un poquito sobre esas historias que estoy cantando, y sentirlas como suyas también, porque todos somos María. María es como un nombre muy antiguo pero continúa siendo muy actual, mucha gente se llama María, entonces es una forma de decir: vengan a sentir esta tradición que es una música para disfrutar con su propia historia, para poder mirar su propia vida.
Festival de Fado 2019 – Carminho
Miércoles 29 de mayo – 20:30 horas
Entradas a la venta en Ticketek, y sin recargo en boleterías del Teatro y Comunidad de las Artes (Av. Providencia 1266) con descuento para socios.
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