Carlos Núñez: «siento una pasión celta en Chile»

Es sin duda uno de los máximos referentes de la música celta en el mundo. Carlos Núñez es un verdadero embajador de esta cultura que no sólo interpreta con virtuosismo, sino que también investiga en profundidad, para encontrar esas raíces que afirma están en muchos estilos musicales actuales.

El músico español Carlos Núñez se ha convertido en una estrella de la música celta, llevando los sonidos de su gaita por todo el mundo.

Así decidió escribir un libro que tituló “La Hermandad de los Celtas”, un trabajo de más de tres años que también lleva a escena en un asombroso espectáculo que llegará al TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES este 28 de septiembre. Este concierto promete transformarse en una fiesta de la gaita y los instrumentos nacidos al norte de la península ibérica hace algunos siglos.

Y es que Carlos Núñez, en medio de sus investigaciones, ha encontrado que estos géneros también llegaron a Latinoamérica, territorio que él define como «la gran receptora y el gran tesoro de las músicas celtas y de la herencia hispánica», asegurando que siente que en Chile siempre ha habido conciencia de esa presencia.

En la siguiente entrevista conversamos con este virtuoso gaitero sobre su período con la banda irlandesa The Chieftains, el trabajo de “La Hermandad de los Celtas” y cómo será el espectáculo que traerá a nuestro país.

– En 1999 lanzaste el álbum «Os amores libres», donde uniste el norte y sur musical de España. Ahora se cumplen 20 años de ese trabajo que fue muy importante para ti. ¿Cuál crees que la importancia de la fusión para los géneros de tradición?

Importantísima, porque la misma tradición guarda dentro el secreto de la fusión bien hecha. Además, solo el tiempo es el mejor juez que decide cuándo una fusión tiene éxito o no. A mí me gustan las fusiones que realiza la tradición y que tardan muchas décadas, a veces incluso siglos, en ir produciéndose. Me parece además muy interesante esto que me acabas de decir, efectivamente pasaron 20 años desde mi disco «Os Amores Libres», en el que juntamos por primera vez esas dos energías de España y de la península ibérica, que son la gaita y la guitarra flamenca. La guitarra, digamos, es la España del Mediterráneo, más bien, una parte del Mediterráneo. Hay una diagonal imaginaria que pasaría más o menos por Madrid y va desde la Andalucía atlántica hacia los Pirineos, pero que toma también parte de Cataluña y de las Islas Baleares de Mallorca, Menorca, Ibiza. Hacia el norte, hacia arriba, es el mundo de la gaita, de los instrumentos llamados gaita: la gaita que yo toco, las flautas, las dulzainas. Bueno, todo tipo de esos instrumentos que llamamos gaita. En cambio, de la diagonal para abajo encontramos la guitarra. Entonces son como dos energías, dos mundos. Del mundo atlántico lo que ha sobresalido más es el género de la música celta, y del mundo más mediterráneo lo que ha sobresalido más es el flamenco.

– ¿Cuál es la conexión que has encontrado entre la música celta y Latinoamérica?

Ir a un país como Chile, en Sudamérica, Latinoamérica, esto es un país además que ha recibido la visita de estas dos energías. Hasta Chile también llegó la gaita, como llegó a Brasil y a toda Latinoamérica. La gaita llegó desde California a Chile, con los primeros años en los que Europa desembarcaba por Latinoamérica. Y luego la gaita desapareció en América Latina. Se transformó en guitarra, se transformó en acordeón. Porque en ese momento lo que estaba de moda ya no era la gaita, que representaba el mundo antiguo, la Edad Media, representaba al mundo celta, que es incluso más atlántico. La guitarra conectó más con el barroco, el Renacimiento, que era un poco lo que estaba de moda en ese momento. Pero eso no quiere decir que las melodías y el alma de la gaita desaparecieran, siguen vivos en Chile y en toda Latinoamérica. ¿Cómo le llaman al acordeón en el sur de Brasil? Gaita. ¿Cómo le llaman en ciertos lugares de Latinoamérica a ciertos ritmos, que también existen en Chile? Les llaman “bagpipes rhythm” (ritmo de gaita). En Venezuela a esos ritmos le llaman gaita. Entonces te das cuenta de que vosotros sois portadores de esa tradición celta hispánica. Todo eso no se conoce, es una gran novedad.

– ¿Cómo ves el progreso de la música celta desde tus comienzos a ahora y cuándo crees que fue el momento en que renació el género?

Las modas van cambiando. Cuando yo saqué mi primer disco en el año 96 llevaba mucho tiempo esperando. Llevaba toda mi adolescencia esperando y era demasiado pronto. Era el momento de la movida del rock en España, lo que España quería era rock en español, sentirse la gente moderna, quería desconectarse del pasado. Y, ¿qué era la modernidad? Copiar la música de los americanos, copiar la música de los ingleses. La música tradicional era imposible en aquel momento. Pero yo doy gracias a la movida, porque gracias a esa imposibilidad de conectar con la gente en aquel momento, pasé mi adolescencia como otros chicos, la pasamos concentrados, estudiando. Salió el sol para nosotros cuando llegó un fenómeno llamado New Age. Final de milenio y la gente tenía esa especie de espíritu apocalíptico, nos llegaba desde Estados Unidos la New Age… “To feel the planet”, “to Save the ecology”. Entonces destapó la caja de esa conexión con la tradición y con la naturaleza. Y ahí evidentemente la música celta seguramente fue la música mejor situada para imponerse.

– ¿Y cómo viviste ese período?

El gran boom de la música celta se vivió en la segunda mitad de los años 90. Yo viví ese momento y además estaba con mis maestros de Chieftains y de pronto un día los llamaba Mick Jagger, que aceptaba grabar con ellos una canción irlandesa. Otro día Van Morrison, otro día Sting, otro día tenía el placer de grabar con Sinead O’Connor, otro día Ry Cooder, otro día tocábamos con Bob Dylan en Japón. Yo lo que sentí en aquel momento fue un profundo respeto hacia la música celta, de parte de todos estos rockeros y el mundo del pop que se rendía ante la tradición celta, ante los Chieftains. Yo viví eso con ellos cuando tenía 24 años. En aquel momento, cuando vi que todas estas estrellas grababan y rendían tributo a la música celta, yo dije «quiero hacer lo mismo con nuestra música». Entonces en mi primer disco invité a Luz Casal a cantar música tradicional con nosotros y ha sido una continua; invité al cantante de Supertramp, Roger Hodgson. Bueno, esta semana se presentó el nuevo disco de Amaral y se abre con una cantina medieval que les enseñé hace algunos años, se llama «Ondas do mar de Vigo». Para que veas que a mi me ayudó muchísimo ese momento de confluencia del mundo del pop y del rock anglosajón con la música celta. Eso me dio la clave de volver a conectar estas músicas que venían de una misma raíz y que se habían desconectado por razones diversas.

– Con el tiempo te has transformado en un embajador de la música celta en el mundo y considerado desde el Jimi Hendrix de la gaita, hasta la única estrella de este instrumento, ¿cómo te sientes tú?

Me siento muy feliz, porque es un continuo aprendizaje. No paro de sorprenderme, de estar aprendiendo continuamente. Con todas estas experiencias del libro, por ejemplo, ha sido como vivir una película. Cuando me preguntaban por mi música celta, yo esta convencido de que era un bonito género romántico que venía del siglo XIX, pues igual que el flamenco, o el fado y otras músicas. Pero lo que estamos viendo, lo que nos confirman los arqueólogos y los musicólogos es que la música celta es un largo proceso que lleva miles de años en activo, reinventándose para no morir. Entonces es una continua reinvención en base a la energía que viene del pasado y con eso haces algo nuevo. Entonces soy feliz porque veo también que el género está creciendo y para mí. Esta gira por Chile, Argentina y que incluso vamos a subir a Perú por primera vez, lo que veo es que estamos conectando ya todo ese viaje que he ido viviendo, desde Galicia a Irlanda con los Chieftains, de Irlanda a las estrellas de rock en las que notabas esa fascinación de ellos hacia la música celta. Y de pronto ver que efectivamente hasta en el Cono Sur llegaron músicas celtas que cobraron nuevas vidas. Además todo esto trae un gran mensaje, la filosofía de la música celta son sistemas de colaboración que vienen de miles de años y estaban ahí en el Atlántico y viajaron hasta América, es siempre hacer el esfuerzo por conectar.

– “La Hermandad de los Celtas” es un trabajo de investigación de más de tres años, que profundiza mucho más tu interés y conocimiento sobre este género y cultura, ¿me podrías explicar de qué manera la llevas a escena?

El concierto va a ser un auténtico viaje en el espacio, porque vamos a viajar entre las músicas. Cómo entendían en Viena la música celta de las islas británicas, y de pronto esas músicas viajan al Cono Sur y las encontramos en Chile. Va a ser un viaje a nivel espacio, pero también un viaje en el tiempo, porque vamos a poder viajar por más de mil años de música. Vamos a ver la música celta que hacemos hoy, cuando hacemos colaboraciones con gente contemporánea. Vamos a ver cómo entendía la música celta Beethoven, que hizo más de 150 obras de música celta, para modernizar su música y aprender de los modos de la música celta. A veces cuando escuchas algunas creaciones de Beethoven dices «esto parece bossa nova», o «parece rock and roll», o música latina. Buenos, vamos a ver cómo era el barroco, la Edad Media, cómo era la época de los Bardos con las liras medievales. De hecho, vamos a llevar una lira que se acaba de encontrar en el noreste de España y se acaba de reconstruir. Incluso vamos a hermanar todo esto con las músicas de Chile. Un viaje en el espacio y en el tiempo. Y lo más importante, una gran fiesta. En nuestros conciertos la gente termina en un trance fantástico.

– En tus anteriores visitas a Chile, ¿cómo ves la escena de la música celta en nuestro país?

Sorprende. Cuando me preguntan los grupos de Escocia, de Irlanda, los Chieftains ¿allá en Chile hay gente que toque música celta?, bueno, les digo que hay muchísimos gaiteros. Cuando les digo que el año pasado tuvimos gaiteros escoceses, gallegos, asturianos, hasta en Punta Arenas, donde hay gaiteros. Yo siento una pasión celta en Chile y la vamos a poner en marcha. Hemos hecho un llamamiento de talentos de gente que hace música celta y tradicionales, para que se animen a venir al concierto. Habrá muchas sorpresas.

Carlos Núñez

Sábado 28 de septiembre – 21:00 horas
Entradas disponibles en ticketek.cl, y sin recargo en boleterías del Teatro y Comunidad de las Artes (Av. Providencia 1266) con descuento para socios.
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