Cuerpo de Ballet Teatro NESCAFÉ de las Artes

Cuerpo de Ballet del Teatro NESCAFÉ de las Artes

Lucas Siqueira | Ederson de Paiva | Jean Paul Bauer | Juliana Páez

Giselle Koch | Evelyn Cancino | Sandra Catelican | Fernanda Parra

Lucas Siqueira

Formado en Brasil en la escuela de ballet clásico de Gisele Meinhardt, y con formación en metodología cubana en la cátedra del Ballet Nacional de Cuba.

Entre 2002 y 2010, el artista formó parte del Ballet de Santiago bajo la dirección de Marcia Haydée.

Además, fue ganador en 2002, como Mejor bailarín, del Festival de Danza Benito González (México) y ha participado en diferentes musicales, como A chorus line y Cats (Teatro Municipal de Las Condes), así como Peter Pan, Sirena y Aladino (Mall Plaza).

También es director de su propio estudio de ballet clásico, Danceworks, en Santiago.

Desde el año 2013, Lucas Siqueira es primer bailarín de nuestro ballet residente.

¿Qué ha significado el ballet en tu vida?

El bailarín no siente que es bailarín, sino que es la danza en sí misma, porque nuestro cuerpo es movimiento. Es prioridad total. De hecho, para nosotros es más importante que comer. No existen pausas, sino una forma completa de vida. Ninguno de nosotros se ve haciendo otro trabajo que no sea ballet.

¿Cómo ha sido trabajar con Sara Nieto y la compañía residente del Teatro?

Existen las perlas de la danza. Sara es una perla de la danza. Muchas cosas se pueden aprender de forma autodidacta, pero hay ciertas expresiones o significados que solo se adquieren con un buen coreógrafo y Sara ha sido muy abierta con todo lo que ha aprendido. Te traspasa su experiencia, la sensación de esas emociones, algo que no tiene precio y queda para toda la vida. Un bailarín no solo destaca por su técnica, sino por el significado de lo que danza, de cómo lo trasmites al público. Sara además es elegante, porque tiene muy buen gusto para el montaje de las obras. Se aprende mucho de su visión.

Respecto a la compañía, es muy difícil construir y mantener una. Por eso el apoyo del Teatro ha sido clave en esto, porque los costos para funcionar son altos y sin duda es una real opción para los bailarines, para su desarrollo profesional y laboral en Chile.

Ederson de Paiva

Nació en Sao Paulo, Brasil, en 1992.

En 2008 inició sus estudios de ballet clásico en el Ballet Municipal de Campos do Jordão, Brasil, para luego, en 2012, formarse en Fundación Lia Maria Aguiar (proyectos sociales).

Participó en el Festival de Danza de Joinville y YAGP de Nueva York, al tiempo de crear la obra Ponto neutro (2012), también para Fundación Lia Maria Aguiar, así como adaptar y reponer los ballets La niña malcriada (2015), Corsario (2017) y La bella durmiente (2018) para Fundación Royal Dance Chile.

Asimismo, Ederson de Paiva fue parte del elenco de la ópera La Gioconda (Teatro Municipal de Santiago), así como de los musicales Cats, Mamma mia! y Billy Elliot (Teatro Municipal de Las Condes), y de A chorus line (Teatro Oriente).

El artista se incorporó en 2013 al BALLET TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES para roles de primer bailarín en El cascanueces, La cenicienta, Coppelia, Alicia en el país de las maravillas y Del tango al bolero.

¿Qué ha significado el ballet en tu vida?

El ballet es un arte maravilloso. Es hablar sin verbalizar. Es respirar a través de los movimientos; oír la música y darle forma a cada compás. La danza ha traído a mi vida oportunidades de ser feliz, de encontrar un espacio para entregar cosas lindas a los demás. Es proponer la cultura como un capital simbólico y difundirlo de manera equitativa, porque así lo recibí en mi formación. Me ha sacado además de una zona vulnerable, a reconocer y a valorar todo lo que tengo y lo que soy hoy.

¿Cómo ha sido trabajar con Sara Nieto y la compañía residente del Teatro?

Trabajar con Sara Nieto es un honor. Nunca lo pensé. Era imaginar que cuando estaba en mi baile de graduación, y bailé el pas de deux principal de Raymonda, mi inspiración era la maestra Sara con Fernando Bujones. Hoy, recibir sus consejos y correcciones es enriquecedor tanto como persona e intérprete. Su fuerza física y mental es lo que más me llama la atención. Impresiona e inspira.

Jean Paul Bauer

Nació en Santiago, Chile, en 1993.

En 2008, y a los 14 años, inició sus estudios profesionales de danza como alumno libre en el centro de formación técnica Estudios Profesor Valero, para luego en 2012 ingresar por cuatro años al Teatro Municipal de Santiago como parte del Ballet de Cámara con su programa Pequeño Municipal.

Asimismo, el artista participó en diferentes obras del mencionado espacio cultural, como el ballet Giselle (2014) y la ópera Madama Butterfly (2015).

En el año 2016, Jean Paul Bauer se sumó al BALLET TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES para trabajar en Alicia en el país de las maravillas, Del tango al bolero y El cascanueces, entre otros montajes.

¿Qué ha significado el ballet en tu vida?

El ballet se transforma en un estilo de vida. La mayoría de los bailarines comenzamos esta carrera a temprana edad para enfrentarnos a un mundo donde la disciplina, el arduo trabajo y la responsabilidad son factores claves para llegar al éxito y cumplir tus sueños.

Hay muchos valores y virtudes, tanto físicos como emocionales, que logramos desarrollar con el ballet, porque es un espacio donde puedes expresar muchas veces lo que no logras decir con palabras. Es inmenso el placer que se experimenta en el escenario, sentir que se está transmitiendo al público un estado de emoción y goce.

¿Cómo ha sido trabajar con Sara Nieto y la compañía residente del Teatro?

Trabajar con Sara Nieto ha sido una oportunidad increíble. Es un privilegio. No todos los días aprendes de una exprimera bailarina estrella. La verdad es que nunca pensé que la conocería en persona, y mucho menos que formaría parte de su compañía. Recordemos que la maestra, como habitualmente la llamamos, tuvo una carrera muy exitosa y su nombre es conocido no solo dentro del mundo del ballet. De hecho, antes de ser bailarín, y desde muy pequeño, ya sabía quién era Sara Nieto. Trabajar a diario con ella y mis compañeros ha sido una experiencia que atesoraré para toda la vida.

Respecto a la compañía, agradezco el espacio y las oportunidades que se nos brinda a diario con clases, ensayos, giras nacionales y funciones realizadas en el Teatro. Años atrás, para los bailarines había un solo espacio en Chile donde poder desarrollarse y difundir este hermoso arte.

Hoy, gracias al TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES en conjunto con Sara Nieto, eso ha cambiado. Muchos PODEMOS seguir creciendo, bailando y difundiendo este arte tan maravilloso, que tanto nos apasiona, para brindar espectáculos de alto nivel.

Juliana Páez

Nació en Buenos Aires, Argentina, en 1997.

En el año 2011, y con 14 años, entró a estudiar danza en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón de Buenos Aires, Argentina, para egresar en 2016.

En el tradicional espacio argentino formó parte de la ópera El niño y los sortilegios (2016) y Alicia en el país de las maravillas (2017), entre otros destacados montajes.

Asimismo, y paralelo a sus estudios, la artista realizó en 2014 un curso intensivo en el Joffrey Ballet School de Nueva York, Estados Unidos, para luego en 2017 ingresar a nuestra compañía residente con participaciones en Alicia en el país de las maravillas, El cascanueces y Del tango al bolero.

¿Qué ha significado el ballet en tu vida?

Desde chica comencé a practicar ballet. De “pasatiempo” pasó a ser algo que quería para mi vida. Empecé en una academia de danza en Paraná, Argentina, pero quería aprender más a medida que crecía. Así terminé en Buenos Aires y en el instituto del Teatro Colón ya no solo me formé como bailarina, sino también me hizo crecer como persona. Creo que las dos cosas van de la mano. Es una carrera donde hay que tener constancia, disciplina, y fortaleza. El apoyo de la familia es fundamental. Estoy eternamente agradecida de mis padres, quienes me dieron el pie y la fuerza para mudarme a la capital a los 14 años para comenzar una vida nueva.

El ballet es una carrera que se inicia desde joven y a veces se tiene que vivir o pensar como adulto. Pero todo esto tiene una recompensa, porque el sacrificio, la perseverancia, la disciplina, y más, se transmite cuando subes al escenario.

La gente ve al bailarín solo por unas horas interpretando a un personaje. Pero tras eso hay una persona llena de vivencias, experiencias; días de ensayos, de clases y de emociones.

La danza como carrera, y ser bailarín, van de la mano para formarte. Desde mi lugar, trato de que todo se refleje en los ensayos, entrenamientos y presentaciones. Le brindo al público mi esencia. Actualmente, dando clases, le transmito a mis alumnos lo mismo: que saquen lo mejor de sí no solo a nivel técnico, sino lo mejor como personas, desde el corazón.

¿Cómo ha sido trabajar con Sara Nieto y la compañía residente del Teatro?

Siempre voy a estar agradecida de Sara por brindarme un lugar en su compañía. Me hizo sentir cómoda desde el principio, aprendiendo mucho en cada ensayo. Pone la confianza en cada bailarín a la hora interpretar un personaje. Sin duda la experiencia es positiva.

En relación a la compañía, me siento contenta, ya que constantemente veo que se van generando nuevos proyectos y funciones.

Giselle Koch

Nació en Maracay, Venezuela, en 1987.

La bailarina egresó en el año 2002 del Teatro Ópera de Maracay, Venezuela, para luego, con 16 años, ingresar al ballet juvenil de la Escuela Nacional de Danza, con el que participó, entre 2004 y 2007, en las producciones de Cascanueces, El lago de los cisnes, Silfides y La bayadera del Ballet Nacional de Caracas del Teatro Teresa Carreño.

En el año 2013 Giselle Koch viajó a Chile para integrarse al cuerpo de danza de nuestra compañía residente y así participar en El cascanueces, Coppelia, La Cenicienta, Del tango al bolero y Alicia en el país de las maravillas.

¿Qué ha significado el ballet en tu vida?

Es una forma de expresar las emociones. Al entrar a la sala de clases y a los ensayos, el ballet te desconecta del mundo exterior para enfocarte en mente y cuerpo. Puedes tener problemas o situaciones inesperadas, pero ir a clases, ensayar y bailar, hace que olvides todos los problemas por un momento. Me pasó en una temporada de El cascanueces, cuando falleció un familiar muy cercano: al bailar dejé la tristeza por un rato.

También veo a la danza como una forma de meditar, porque debes estar muy concentrada en lo que haces. Si te descuidas, te puedes lesionar. Además, es una forma de mantenerme físicamente activa y saludable, ya que la herramienta de trabajo es el cuerpo. Esto implica ser cuidadosa con la alimentación, el descanso, el sueño y el entrenamiento. Pasamos de lunes a viernes entre dos y cuatro horas diarias en la sala, en clase y/o en ensayo, lo que provoca un desgaste corporal que debemos recuperar de la forma más óptima.

Además, la danza me ordena en todos los sentidos: organizo el día y la agenda en función de ella. Y si bien tengo otra profesión relacionada con nutrición y dietética, ésta pasa a segundo plano cuando estoy en las temporadas de ballet.

¿Cómo ha sido trabajar con Sara Nieto y la compañía residente del Teatro?

Es un honor y privilegio tener a Sara Nieto como directora de la compañía. A diario la maestra comparte con nosotros sus experiencias como bailarina y como persona. También es exigente y saca lo mejor de ti en cada clase y ensayo. Le gusta además que los integrantes del ballet seamos como una familia.

La compañía poco a poco se ha hecho más estable gracias a un trabajo más continuo los últimos dos años. Inicialmente bailábamos dos temporadas anuales, pero últimamente hemos hecho tres. Con El cascanueces de hecho realizamos una gira por el sur de Chile.

La compañía ha sido un espacio ideal para que los bailarines nos desarrollemos de manera profesional, ya que en Chile existen pocos lugares para realizarlo de esta forma.

Evelyn Cancino

Nació en San Salvador, El Salvador, en 1985.

La artista inició sus estudios en 1995, con solo 10 años, en la Escuela Nacional de Danza Morena Celarie, para egresar en 2005.

Paralelo a sus estudios, en el año 2001 participó en el Certamen Internacional de Ballet de la ciudad de Guatemala, donde obtuvo una segunda mención honorifica, para luego, en 2005, participar en el New York internacional Ballet Competition.

Tras egresar, se integró entre 2006 y 2009 como solista del Ballet Nacional de Ecuador, así como en 2009 participar en el Festival Internacional de Ballet de Nicaragua, al tiempo de sumarse en septiembre de ese año, y hasta 2012, a la Compañía Nacional de Danza de El Salvador, donde incursionó en danza contemporánea.

Entre 2012 y 2016, Evelyn Cancino además trabajó como solista principal en el Ballet Nacional de Perú, para después asumir, en 2013, como bailarina principal y así participar en El jardín del fauno y La bella durmiente, por mencionar algunos montajes.

La artista también ha ejercido como docente en varios espacios destacados.

El año 2018 ingresó al BALLET TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES para participar en Alicia en el país de las maravillas y El Cascanueces.

¿Qué ha significado el ballet en tu vida?

Conocí al ballet desde muy pequeña y se volvió mi vida. Gracias a la danza he conocido -desde diferentes puntos de vista- a personas, lugares e incluso a mí misma, pese al cansancio, el dolor, los sacrificios, la soledad, los miedos, los errores y los nervios presentes. Sin embargo, ha sido un privilegio maravilloso vivirlo, y que resumes cuando entras al escenario y todo lo bueno o lo malo que has pasado se detiene un segundo para que la música y el cuerpo se fundan; ese efímero e irrepetible momento capaz de tocar no solo mi alma sino la de alguien más. El ballet va más allá de lo bello: cambia por un momento nuestro pensamiento para que veamos lo hermoso de la vida y lo pleno de nosotros mismos. Es la euforia de un minuto que se vive en su máximo esplendor.

¿Cómo ha sido trabajar con Sara Nieto y la compañía residente del Teatro?

Estoy muy agradecida de trabajar con Sara. Su energía, perseverancia y vitalidad me inspiran en la parte técnica y en la parte artística. Día a día nos alienta a disfrutar de los procesos, así como las funciones, que son el resultado final. Sara ha conocido grandes artistas con su trayectoria, por lo que es un honor que comparta sus historias con nosotros.

La compañía es un espacio de creación, difusión y realización. Es parte del legado de Sara Nieto, una estrella del ballet que abre la posibilidad a muchos bailarines para seguir desarrollándose y compartir sus pasiones. Este espacio le da el valor que merece el ballet en nuestra sociedad.

Sandra Catelican

Nació en San Felipe, Chile, en 1978.

A los 16 años entró a la escuela de ballet del Teatro Municipal de Santiago, para luego continuar sus estudios, entre 1996 y 1998, con el maestro búlgaro Georgi Cristoff. Dos años más tarde, ingresó al Ballet de Santiago bajo la dirección de Iván Nagy. Ya en 1999, y con 21 años, viajó a La Habana para perfeccionarse en el Ballet Nacional de Cuba, al tiempo de ingresar en el año 2000 al Ballet de Cámara del Teatro Municipal de Santiago, bajo la dirección del coreógrafo internacional Jaime Pinto Rivero.
Tras trabajar como docente en varios espacios, Sandra Catelican retomó en el año 2012 su carrera de bailarina al incorporarse al BALLET TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES, donde ha participado en todos los montajes estrenados.

¿Qué ha significado el ballet en tu vida?

Siempre he sentido que el ballet es mi vida. Prácticamente desde que tengo uso de razón lo practico. No concibo otra forma de vivir, porque cuando había dejado de bailar sentía que me faltaba el aire. Es como un elemento vital para seguir en movimiento, porque si bien estoy ligada a la danza, al dar clases, no es lo mismo.

¿Cómo ha sido trabajar con Sara Nieto y la compañía residente del Teatro?

Para mí es un honor trabajar con Sara. Es muy visionaria. Todas nuestras temporadas son exitosas gracias a la entretención, elegancia y magia que le entrega al ballet.

Respecto a la compañía, a pesar de que se trabaja por temporada, ha logrado mantenerse y ser lo que es, con el reconocimiento que tiene a nivel nacional.

Fernanda Parra

Nació en Concepción, Chile, en 1987.

Estudió entre 1994 y 2001 en el Teatro Municipal de Antofagasta, para luego trabajar hasta 2011 en el ballet de cámara bajo la dirección de María Eugenia y Javier Candia, exbailarines del Teatro Municipal de Santiago.

En el año 2012 se incorporó al BALLET TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES para participar en la primera temporada de El cascanueces, así como en todos los montajes realizados hasta la fecha por nuestra compañía residente.

¿Qué ha significado el ballet en tu vida?

Si bien soy químico farmacéutica y trabajo en ello, el ballet siempre ha guiado la mayor parte de mis decisiones. Además, gracias a la danza conocí a mi marido (bailarín del Ballet Nacional Chileno, Banch), formé una familia, tuve una hija y he logrado un círculo maravilloso de amigas y amigos.

Siento que el ballet me formó no solo como bailarina, si no como la mujer que soy ahora. Creo que la danza es fundamental en la vida de las personas, ya que al apreciar la esencia del movimiento, podemos transformar la energía de la vida, transmutar el sentido de vivir.

¿Cómo ha sido trabajar con Sara Nieto y la compañía residente del Teatro?

Ha sido todo un placer y privilegio trabajar con Sara; aprender de su visión, de su profesionalismo, de su experiencia y de su dedicación por el ballet. Nunca imaginé el éxito de cada una de las temporadas. Vivir ese proceso, cuando Sara me llama a ser parte del elenco, ha sido un regalo que se agradece cada año.

Creo que la compañía se está convirtiendo en un referente a nivel nacional al ser la primera que es privada y que alcanza tanto reconocimiento. Espero que a futuro ofrezca más montajes y temporadas al creciente público que hemos tenido.