Fue la mañana del 18 de marzo de 1949 cuando la comunidad santiaguina tuvo el primer acercamiento directo con el recién inaugurado Teatro Marconi. Ubicado en calle Manuel Montt, en pleno “barrio jardín” de Providencia, símbolo de una entonces clase media acomodada, hasta ese momento la sala había sido protagonista de extensas crónicas periodísticas. Anunciaban las dimensiones y características del edificio, destacaban su nueva tecnología, fotografiaban a sus propietarios y registraban el avance de su construcción en cuatro años. Tampoco faltó detalle por contar de su inauguración el 16 de marzo, con alcalde, regidores y los más conspicuos socialité entre los invitados oficiales. Pero de su programación, de sus horarios de funcionamiento, de sus precios y de la calidad de sus películas y de sus otros espectáculos, poco o nada se escribía.
Pero ese día algo cambió. A la hora del primer café, al abrir “El Mercurio”, los chilenos se encontraron con el primer mensaje dirigido directamente a ellos. Fue un aviso en blanco y negro. Titulaba “Hoy, Inauguración Oficial”. Y anunciaba las “Únicas exhibiciones de la joya Columbia en Technicolor!” del filme “El Hombre Inolvidable”, basada en la vida del cantante Al Jonson. Entre otros detalles, también precisaba que la función Matiné era a las 3 de la tarde, la Vermouth a las 6 y media, y la Noche a las 10. No lo explicitaba, pero se deduce que había que ir al teatro para saber el valor de las entradas, la disponibilidad de las mismas y comprarlas. Los atributos de la película, como que Al Jonson protagonizó el primer filme sonoro de la historia (“El cantante de jazz”, 1927), quedaban a consideración de la cultura general del público.
En parte, a más de 60 años de su inauguración el Teatro Marconi ha tenido cierto déjà vu. Junto a Nestlé acometimos la tarea de rescatar lo que hasta hace cinco años, tras una furiosa historia de altibajos, era un edificio abandonado y perdido. En otras palabras, nos entregamos a la obra, no exenta de esfuerzo y de algunas incomprensiones, de ejecutar el primer esfuerzo privado, sólo privado, de rescate patrimonial. De recuperar del olvido un edificio que fue mucho más que un edificio. Fue cultura. Fue entretención. Fue novedad. Fue vanguardia. Fue, en definitiva, un aporte al crecimiento de nuestras almas. Y esa tarea es, en la práctica, lo más parecido a construir, como en los años 40, donde antes nada había. Es lo más parecido a una inauguración. Cuando se rescatan el olvido y el abandono, y se moderniza su recuerdo o su memoria, algo nuevo nace.
Queremos ser transparentes. Estamos contentos de ese esfuerzo. Por tu recepción. En estos cinco años de vida del Teatro NESCAFÉ de las Artes (ex Marconi), todos quienes aquí trabajamos hemos sentido tu masiva y alegre respuesta a nuestras preocupaciones de mañana, tarde y noche: la búsqueda inclaudicable y prolija de una programación de calidad, selecta, variada y vanguardista. Hemos visto cómo has llenado la sala de emoción, risas y bailes en alguna de nuestras 250 funciones anuales. Hemos visto tu rostro desbordado de alegría y sorpresa, por ejemplo, cuando marcamos un camino al transmitir, con tecnología full HD, las óperas más aclamadas en el mundo en directo desde el Metropolitan Opera House de Nueva York. O, más recientemente, hace algunas semanas, cuando la revelación de la música francesa, ZAZ, se presentó por primera vez en Chile, transformándose en el primer fenómeno de taquilla del año en la industria del espectáculo local.
Pero el déjà vu, ya está dicho, fue sólo en parte. Esta vez, la comunicación contigo no la restringimos a un aviso, fuera en color o en blanco y negro. Quisimos que fuera abundante y directa. Siempre. Desde el primer minuto. Para eso hemos contado con la ayuda de tres importantes medios de comunicación, quienes creyeron desde un comienzo en este rescate patrimonial y cultural: Radio Cooperativa, Chilevisión y El Mercurio.
Pero también creamos vías propias. Este sitio web es uno de ellos. Luego vino la creación de la Comunidad Teatro Nescafé de las Artes. Y posteriormente nuestro despliegue en las redes sociales, particularmente Facebook, Twitter y Foursquare. De este trabajo también estamos contentos. Porque nos has convertido en el teatro más seguido y visitado del país, y el con más integrantes en su comunidad.
Aun así, queremos darte más. Queremos vincularnos mejor y que, cada día, tengas acceso a contenidos precisos y oportunos cualquiera sea tu manera de navegar. Y ésa es una de las primeras virtudes del nuevo sitio que hoy ponemos a tu disposición. Lo hemos adaptado su tecnología de manera que lo puedas visitar cómodamente ya sea en tu pc de escritorio, en tu tablet o en tu smartphone, sin jamás perder la calidad del diseño y de la información.
Hemos dinamizado su actualización y aumentado su carácter editorial. Esta misma columna se renovará cada semana para convertirse en un polo de opinión del quehacer artístico y cultural del país. Connotados periodistas y otras personalidades, como Iván Valenzuela en esta ocasión, tendrán su propio espacio para recoger sus visiones especializadas. Y también ampliamos los contenidos a sucesos culturales generales que suyo interesante y que no necesariamente están relacionados con la programación de nuestra sala. Hemos agregado una sección, En el Barrio, donde iremos retratando cómo el antiguo “barrio jardín” se ha transformado en un sector digno de redescubrir por su arquitectura, sus locales y su gastronomía.
Hemos cambiado el diseño. Y no sólo por una cuestión estética. Sobre todo, para que puedas navegar con más sencillez y puedas acceder con facilidad a la información que estás buscando.
En cinco años de existencia del teatro, esta es la tercera versión de nuestro sitio web. Queremos invitarte a descubrirla. Pero también queremos que la recibas como parte de nuestra constante preocupación por mantenernos actualizados y vigentes. Pero, por sobre todo, queremos que la incorpores como una acción complementaria de la “experiencia Teatro NESCAFÉ de las Artes”. Tú que nos visitas habitualmente, que disfrutas de la calidad, la novedad y la vanguardia, ya sabes de qué se trata esa experiencia. Tú, que aún no la has vivido, esperamos que éste sea el primer paso para descubrirla. Cuando la experimentes, algo nuevo nacerá en ti. Como lo fue el Marconi en el 49. Como lo es el Teatro NESCAFÉ de las Artes desde el 2009.
Irene González Peña
Directora
TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES