Querido Flaco, tal vez te sorprendas por este trato algo íntimo si apenas nos conocemos, tal vez no, pero a pesar de nosotros, te cruzaste en mi vida para llegar a ser una pieza bien importante en este maravilloso rompecabezas.
Por ahí por el año ’68 o ’69 yo era un joven soñador que comenzaba a trabajar en el mundo de la producción de conciertos, festivales, eventos. A pulso, con dificultad, pero con las garras y la esperanza inmensa de la juventud, un día cualquiera, llevado por la curiosidad y el entusiasmo, emprendí mi primer viaje fuera de Chile… claro, adivinaste… a Buenos Aires.
Allí estaba todo pasando en la música, especialmente con el rock. Y tú hacías parte de ese movimiento histórico, arrollador y para siempre. Tu guitarra, tus letras, tu voz hacían parte de ALMENDRA, el grupo que más me gustó, con el cual me identifiqué de forma inmediata… Una inspiración poderosa que me trajo de vuelta a Chile con el firme propósito de encontrar aquí, en mi tierra, bandas como ALMENDRA. Y así nació un proyecto que está en los «top ten» de los que me siento ufanamente orgulloso: el Festival Hito Bit que todos los domingos en la mañana subió al escenario del entonces Teatro Marconi, en Manuel Montt 032, Providencia, a las bandas chilenas de rock más importantes de entonces. Bandas descubiertas en los garajes de sus casas gracias al influjo Spinetta. Aguaturbia, Escombros, Los Blops, Música de Jardín…
En junio del 2011 ese mismo espacio escénico, mágico y espiritual, vibró con los últimos acordes de tu guitarra y el público coreó, por última vez junto contigo, tus mejores canciones… Ese espacio que nos volvió a reunir después de tantos años, como en un pase de magia, se llama hoy Teatro NESCAFÉ de las Artes, del cual soy uno de sus dueños y su Director Ejecutivo. Un Teatro tremendamente exitoso. Un sueño realizado con la misma materia vital y orgánica de los conciertos dominicales: el amor, la fuerza, la esperanza, la creatividad al servicio de la cultura y el profesionalismo. Algo que me vuelve a llenar de orgullo.
Las vueltas de la vida, las piezas del rompecabezas, algunas preguntas con respuesta, nuestros caminos entrecruzados. El mismo teatro que me vio nacer a la vida del gestor cultural gracias a tu maravilloso influjo, te acogió para tus últimos conciertos en esta vida terrenal. Mil gracias, Flaco.
¡Hasta siempre!
Alfredo Saint-Jean Domic
Director Ejecutivo
TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES