Es una de las mayores sopranos del mundo de estos años. Aclamada «por su voz, musicalidad, inteligencia y presencia escénica». El sábado, el Teatro NESCAFÉ de las Artes transmitirá, desde el Met, una de sus más famosas interpretaciones: «Otello».
Renée Fleming se impone en el escenario con su interpretación dramática y su musicalidad. La textura de su voz ha sido comparada a grandes como Victoria de los Ángeles y Leontyne Price. En tanto, la simpatía, belleza y elegancia de la soprano estadounidense le han valido convertirse en un ícono de lo que debe ser una intérprete de ópera del siglo XXI. Es requerida por diversos teatros y ha sido denominada «embajadora de la música». Es también una de las artistas preferidas del Metropolitan Opera House de Nueva York; y no sólo como cantante, sino que como una de sus entrevistadoras estrellas para las trasmisiones de ópera vía HD al mundo.
Hace una semana recibió el premio a la «Mejor cantante del año», dado por el sello alemán Eco, por su álbum «Poemas», con música de Ravel, Messiaen y Dutilleux, lo que se suma a una larga y sustanciosa lista de reconocimientos, entre los que se cuenta la Legión de Honor otorgada por el gobierno francés.
Pero la historia personal de la señora Fleming (nacida en Indiana, en 1959) no siempre ha estado unida a la ópera y a la música clásica. Sus padres eran profesores de música y vivió rodeada de un ambiente de gran cultura; sin embargo, «no sabía qué hacer con mi futuro. Tenía grandes dudas, hasta que en la escuela tuve una experiencia reveladora al escuchar la obra contemporánea «Las víctimas de Hiroshima», de Pendericki. Me estremeció y comprendí lo que es el poder de la música», cuenta.
El primer trabajo que tuvo fue en el jazz y le apasionaba. No obstante, al poco tiempo debió optar entre aquél y la ópera. Ingresó a la Julliard School y pidió poder continuar libremente con sus incursiones en el jazz. Mientras estudiaba, cantaba de noche con un trío, en plenos años 80… Luego debutó en la Ópera en Salzburgo, en 1986; dos años después ganó las audiciones en el Metropolitan Opera House de Nueva York.
Confiesa que uno de los consejos más importantes se lo dio Leontyne Price «sobre el hecho de que yo disparaba en muchas direcciones». Y entre los hitos de su carrera cuenta: «El haber cantado con Georg Solti, en 1994, y la performance de Otello en el Met, con Plácido Domingo, en 1995». Reconocida por ser una de las mejores intérpretes de Mozart y Strauss de su generación, notable solista del repertorio francés y del eslavo, también ha descollado en Verdi, Donizetti, y es una entusiasta cantante de ópera contemporánea. Le apasiona además, desde siempre, la música pop: grabó hace poco el album «Dark Hope» con Peter Gabriel. Y escoge a Chuck Close, Robert Wilson, Francisco Clemente y Cy Twombly como sus artistas visuales favoritos.
Madre de dos hijas, que tuvo con su ex esposo, el actor Rick Ross, confiesa que uno de los grandes sacrificios de su carrera ha sido el poco tiempo que le ha dedicado a su familia. Y uno de los mayores sufrimientos de su arte «ha sido conseguir la tranquilidad y paz mental para interpretar y luchar contra la tiranía de la voz». En medio del estreno de la ópera «Otello» en el Met -sobre el que The New York Times reseñó el dominio exacto del rol y musicalidad de la soprano-, Reneé Fleming habla con «Artes y Letras».
Su lectura de Desdémona
– Señora Fleming, Desdémona es una de las principales interpretaciones de su carrera y también uno de los roles más difíciles escritos por Verdi. ¿Cuál es su visión acerca de los desafíos de este papel?
«Para mí el mayor desafío de Desdémona es su aparente falta de sensibilidad ante la creciente furia de Otello hacia ella. Desdémona desatiende todas las señales que le envían, para que ella lo vea. El desafío de la intérprete es hacer entender lo siguiente: no es que Desdémona no sepa nada de lo que sucede, sino que ella cree en su amor y en la relación sin cuestionamientos. Desdémona deja la vida conociendo y habiéndose casado con Otello contra los deseos de su padre, y con el coraje de atenerse a sus propias convicciones».
– A su juicio, ¿cuál es la parte más dramática de este personaje?
«La escena de la confrontación en el tercer acto es muy dramática. ¡Me llega profundamente y me asusta! La increíble música de Verdi va iluminando la brillante historia de Shakespeare sobre los incomprensibles y crecientes celos de Otello que amenazan la vida de Desdémona»…
-¿Y qué pasa con usted, en su interior? ¿Siente que Renée se transforma en Desdémona?
«En cada performance intento olvidarme que estoy cantando y actuando. Me sumerjo y vivo la historia. Este es un desafío que no termina… Y cada intérprete joven debiera aprender muy bien esto».
«Mozart es el desafío perfecto»
-Hasta hoy, ¿cuál ha sido el papel más difícil que le ha tocado interpretar en sus más de 20 años de trayectoria?
«He hecho muchos roles que implican un enorme desafío vocal. Canto aproximadamente diez personajes del repertorio del bel canto: Bellini, Donizetti y Rossini, que son muy difíciles. Pero Mozart es el desafío perfecto, por su prístina musicalidad y la perfección requerida».
– ¿Cuáles son los compositores más profundos, para usted?
«Strauss está hoy en el centro de mi repertorio y no sólo porque sus escritos complementan tan perfectamente mi voz. Los tres caracteres que interpreto más seguido de Strauss: La Mariscala en El Caballero de la Rosa, la Condesa Madeleine en Capriccio y Arabella, son personajes femeninos muy interesantes, complejos y finamente conformados».
-¿Son sus favoritos?
«He cantado 54 roles hasta hoy y no tengo favoritos. Sin embargo, hay un bloque de diez o más papeles a los que vuelvo una y otra vez: los tres de Strauss que dije; además Rusalka, de Dvorak; Tatyana, de Tchaikovsky y Desdémona. Por supuesto, antes fueron los de Mozart».
– Su interpretación comprende un amplio rango que va desde la música renacentista hasta del siglo XXI. ¿Cuál es el papel que siente más cerca como mujer, como persona?
«Los roles de Strauss: esas mujeres evolucionadas y multifacéticas. Me identifican sus conflictos emocionales e intelectuales, evocados hermosamente en la música».
«Hoy me doy el lujo de interpretar música compuesta para mí»
– En los últimos años ha ido cambiando su repertorio. Desde Mozart, hoy se inclina hacia Strauss, Haendel y otros…
«Sí, interpreto más papeles como Rodelinda y Alcina de Händel. En los inicios de mi carrera canté roles de Mozart por diez años, y creo que este compositor ha sido uno de mis grandes profesores de voz. Mozart y Strauss se ubican en la tradición de una soprano. No obstante, con la excepción de Strauss, y otras contadas interpretaciones favoritas como Risalka y Desdémona, prefiero no repetirme mucho. Antes, raramente repetía un papel. Me encanta explorar la música, las caracterizaciones y los nuevos desafíos. Y me ha interesado, además, la música contemporánea toda mi vida. En esta etapa de mi carrera, me doy el lujo de interpretar música de hoy y realizar trabajos que han sido compuestos para mí. Es muy emocionante trabajar una pieza con una nueva música junto al mismo compositor».
– ¿Y dónde le da el mayor énfasis a su entrenamiento vocal?
«El mantenimiento para mí es muy importante, tanto para la técnica como para salud vocal».
– Usted fue elegida curadora de una comisión encargada de una nueva iniciativa lírica mundial de Bel Canto, basada en la novela de Ann Patthett. ¿Podría contarnos más?
«En esta historia, un grupo de personas que no se conocían se juntaron y nunca más hemos podido separarnos. Se creó una sociedad utópica basada en el poder de la música, como creadora de comunidad y ambiente. La mayoría de nosotros añoramos una experiencia emocional catártica en el teatro. Y la historia del Bel Canto tiene la capacidad de lograr eso. Como curadora he ayudado a formar un equipo creativo. Investigamos el trabajo de más de 100 compositores y finalmente elegimos el trabajo del talentoso y joven compositor peruano Jimmy López. Me encantó de inmediato la manera en que él combina una nueva estética en la música con una especial y sofisticada habilidad para encontrar la frescura de la coloratura en la orquesta, y al mismo tiempo evocar lugares diferentes, un paisaje de Sudamérica, como lo hace en «America Salvaje»».
– ¿Tiene algún otro sueño que quisiera realizar?
«Lo estoy viviendo: una vida maravillosa que me permite explorar mi repertorio con absoluta libertad, permanecer en el proceso artístico de aprendizaje y crecimiento que he tenido a través de las décadas. Viajar por el mundo y todo en la tradición de cantar que tanto amo».
Entrevista realizada por CECILIA VALDÉS URRUTIA y publicada en el diario El Mercurio el domingo 21 de octubre de 2012.
The Metropolitan Opera Live in HD: Otello
Transmisión en directo desde Nueva York
Sábado 27 de octubre – 14:00 horas
Entradas a la venta en Ticketek y boleterías del Teatro