Hechos Consumados

Solange Lackington: “Es una invitación a reflexionar; de cómo hemos permitido esta marginalidad”

El popular clásico de las tablas chilenas, “Hechos consumados”, se reestrena bajo la dirección de Felipe Molina –“Mujeres en la ópera”, “Parece que fue ayer, noche de boleros”-, más las actuaciones de Solange Lackington, Claudio Arredondo y Carlos Morales, para una vez más abordar la problemática de dos marginales tensionados por su eventual expulsión de un terreno privado, desde este viernes.

A lo que la actriz Solange Lackington emplaza: “La gente no debiera perderse la oportunidad de ver estas realidades tan diametralmente opuestas a ellos mismos. Es una invitación a reflexionar; de cómo hemos permitido esta marginalidad, de gente en situación de calle que prolifera de manera tan abundante”.

¿Por qué “Hechos consumados” se volvió un clásico indiscutible del teatro chileno?

Primero porque es una obra de Juan Radrigán (1937-2016), tremendo autor nacional, ganador del Premio Nacional de Artes de la Representación (2011), un dramaturgo que le da valor, poesía, a aquellos más desposeídos de nuestra sociedad. Es un clásico porque aborda un tema de mucha visibilidad hasta hoy; de una marginalidad soslayada que muchos no quieren ver, asumir o aceptar, pero presente en cada ciudad.

¿Qué diferencias hay entre esta versión y la original de 1981?

La versión original presentaba una sensación ambiente más peligrosa al estar en plena dictadura. Había un contexto político mucho más fuerte. Con esta nueva versión queremos enfatizar que esta suerte de abandono, de marginalidad, está aumentando (…). Es un problema cada vez más masivo en democracia.

“Con esta nueva versión queremos enfatizar que esta suerte de abandono, de marginalidad, está aumentando (…). Es un problema cada vez más masivo en democracia”.

Interpretas a uno de los dos personajes inquietos por esta posible expulsión de un terreno privado. ¿Cómo es Marta?

Me llama la atención su fe, alegría y optimismo a pesar de esta realidad. Desde que trabajamos el montaje, en las noches no dejo de pensar cómo duerme esa gente en la calle; de no tener agua, alimento, abrigo, casa. Cuando pierdes la casa en un incendio, pierdes tus recuerdos, tus cosas, tu historia. Pero estas personas no tiene nada. Permanentemente deambulan. Viven el aquí y el ahora, echados de un lugar a otro. Radrigán pone en voz de Marta la esperanza: mientras haya vida existe la posibilidad de cambio. Es su filosofía de vida.

¿Prevalece la dignidad de estos personajes pese a su precariedad material?

Emilio –Claudio Arredondo- lleva esa discurso todo el tiempo. Dice que la dignidad es lo único que salva al ser humano. Son pobres, pero dignos, porque nadie les pone una pata encima. Hay cosas intransables. Emilio se pregunta quiénes son sus enemigos cuando los políticos buscan un mundo mejor para ellos. Se cuestionan la existencia, la vida, Dios (…).

Vidas truncadas desde el nacimiento.

Vidas truncadas, pero ojo: estos personajes no son lumpen. Ni Emilio ni Marta son delincuentes. Son marginales porque la sociedad los ha marginado. Solo hay una desolación enorme en ellos. De hecho, cuando el público vea el escenario, se preguntará cómo paga por ver una puesta en escena donde no hay escenografía, sino plásticos, cartones. Me encanta que eso genere impacto, incomodidad, para darse cuenta que hay gente viviendo toda su vida en esa precariedad. No hay un discurso politiquero. Solo se enrostra la injusticia, la desigualdad (…).

“Radrigán pone en voz de Marta la esperanza: mientras haya vida existe la posibilidad de cambio”.

¿La idea es que el público empatice o se compadezca de Marta y Emilio?

Primero quisiera que el público empatice con ambos; ponerse en los zapatos de quienes viven en estas circunstancias y luego reflexionar cómo ocurre esto ante nuestros ojos y no hacemos nada. Pero no respecto a dar plata, sino esta cosa de estar tan ensimismados en nuestro propio metro cuadrado y querer tener, tener, y tener, mientras otros no tienen nada. Ellos solo viven. Solo tienen esperanza. Marta tiene esperanza. Emilio no tiene esperanza, pero por lo menos esta ahí, dando la pelea.

Hechos Consumados

24 y 25 de junio – 20:00 horas
Evento presencial – Acceso solo con pase de movilidad habilitado
Entradas disponibles en Ticketek.cl (Descuento para socios Comunidad de las Artes)