“A la gente que no conoce a Pedro: por favor no se pierdan esta obra. Fue un autor con una pluma única, muy chilena, sobre los dolores chilenos, sobre la realidad chilena (…)”, señala la célebre actriz de cine, teatro y televisión, Claudia Pérez, al emplazar al público para que vea “La ciudad sin ti”, taquillero montaje sobre crónicas del escritor Pedro Lemebel (1952-2015), a reestrenarse con el ciclo “Somos teatro: Festival de comedias”, este viernes.
Protagonizada además por Claudia Vergara, José Luis Aguilera y Rodrigo Muñoz, más música original de Manuel García, la obra nuevamente llevará a escena destacadas crónicas del artista chileno –“Tengo miedo torero”, “Serenata cafiola”-, como “Del Carmen bella flor” o “Memorias del quiltraje urbano” para plasmar una radiografía sobre el Chile de los últimos 20 años en relación a machismo, arribismo y discriminación, entre otras problemáticas.
La pregunta sigue siendo inevitable: tras octavo regreso a nuestro Teatro y más de 40 mil espectadores: ¿Por qué al público le gusta tanto “La ciudad sin ti”?
Creo que hay muchos factores. Sin duda Pedro tuvo seguidores fieles; gente que lo lee, que lo sigue, que le encanta. Pedro Lemebel ya es como de culto, porque como escritor estaba diciendo hace muchos, muchos años, lo que hay debajo de la alfombra respecto a reivindicaciones sociales; de los derechos de la mujer, de las minorías, de las etnias (…) con su pluma maravillosa de metáforas corroídas y malolientes.
“La rabia es la tinta de mi escritura”, decía.
Claro, él escribió desde la rabia. Fue un motor inspirador (…).
¿Ha variado el tipo de público con que partió en 2015 “La ciudad sin ti”? ¿Abarca un espectro más amplio al 2021?
Lemebel partió como un ícono súper de nicho, si bien cuando salimos de giras lo paraban desde el señor que vendía en la calle cuchuflis, hasta la señora en Algarrobo con abrigo de piel, por su particular forma para decir las cosas. Le llega a todo el mundo. Sin duda que con el tiempo se ha hecho más popular.
Siempre se comenta que estas crónicas llevadas a las tablas se sienten muy actuales. Y más tras el estallido social.
De todas maneras (…). Esta obra más que nunca tiene esa contingencia. “Carta abierta a Mr. Piñi” fue hecha en el primer reinado de Piñera y es como si se hubiera hecho ayer. Pedro fue un escritor que se nutría de la calle, por eso escribió crónicas (…). Sus cuentos son situaciones súper reales que a todos nos han pasado de una u otra forma. Todos hemos vivido discriminación en algún momento. Por ejemplo, la crónica “Margarito” es sobre un niño al que le hacen bullying en el colegio.
¿Cuáles fueron los aportes teatrales a estas crónicas literarias?
Abres los libros de Pedro y es muy teatral. Cualquier persona que haga teatro te puede decir lo impresionante de cómo aparecen las imágenes, las plumas, los personajes. Son textos muy inspirados, con una mirada estética, queer, súper clara. Todas las dimensiones del teatro, respecto a los textos, lo estético y lo musical, están claras en sus libros.
Si bien el artista no alcanzó a ver este montaje, participó de su creación ¿Cómo fue el proceso de selección de crónicas?
Se eligieron crónicas que tuviesen más posibilidades de ser dialogadas. Pero fue complejo, ya que muchas tenían narradores y en general no trabajamos con narrador, porque lo encontramos poco teatral (…). A veces los personajes estaban en las crónicas y otras veces se creaban en base al contexto, como en la crónica “Se remata lindo país”. Dije, “ah, puede ser un remate” e hicimos a la persona que remata y a los que compran Chile… metafóricamente son los ricos.
Con tantas temporadas a cuestas, ¿se han revisitado estas crónicas llevadas al teatro?
La verdad es que no. Es como hacer a Shakespeare: no le puedes cambiar su poesía. Con Pedro pasa lo mismo: tiene una poética muy difícil de cambiar, si bien hemos puestos cosas nuevas como invitar al colectivo Dama Boba –grupo de cumbia- para cantar junto a nosotros en la parte de “La leva”.
Siempre señalan que el público experimenta una catarsis tras terminar la obra. ¿En qué consistiría?
La gente aplaude mucho rato después de la obra. Están cinco, ocho minutos parados, gritando “amigo, el pueblo está contigo” o “Lemebel está más vivo que nunca”; gente que hace una especie de cántico de liberación. La catarsis se relaciona con eso: la necesidad de hablar; descomprimir ciertos sentimientos. El montaje dice todo lo que uno quisiera decir de una forma poética. Y además causa gracia, porque te llega mucho mejor como comedia que como drama.
Somos Teatro: La Ciudad sin Ti
28 de enero – 21:00 horas
Evento presencial – Acceso solo con pase de movilidad habilitado
Entradas disponibles en Ticketek.cl (Descuento para socios Comunidad de las Artes)