Un Montón de Brujas Volando por el Cielo

Del machismo a la sororidad: Paulina García y Paula Zúñiga conversan sobre “Un montón de brujas volando por el cielo”

El ciclo Teatro NESCAFÉ Online presentará la nueva obra de la célebre dramaturga Carla Zúñiga (“La trágica agonía de un pájaro azul”), que juntará a las actrices Paulina García (“Las analfabetas”, “Idomeneo”) y Paula Zúñiga (“Neva”, “Hilda Peña”) para disputarse la presidencia del fan club de un ídolo ya fallecido.

Bajo la dirección de Manuel Morgado (“Yo también quiero ser un hombre blanco heterosexual”), “Un montón de brujas volando por el cielo” indagará con este conflicto en las soledades y los fracasos de estas mujeres, quienes se cuestionarán las estructuras de poder, la marginalidad y el significado de la libertad con una resolución tan bella como evocadora, desde el miércoles 14.

– Antes de abordar la obra en sí, ¿qué desafíos les ha implicado actuar bajo un formato vía streaming?

Paulina García: Es súper duro no tener público de forma presencial, porque estás acostumbrada a esa respiración de la audiencia que te entrega un tempo (…). Todo el mundo tiende a felicitarte, pero siempre hay amigos que te dan un feedback más técnico, más relativo a la creatividad que te permite hacerte preguntas sobre lo que estás haciendo. Ha sido bien intensa esta revisión (…).

Paula Zúñiga: Hay una tridimensionalidad distinta al haber cámaras. No es tan plano como lo podría ser por Zoom (…). Pero ambos formatos son distintos y depende cómo te plantees la actuación. (…) Cuando uno es creativo, creativa, trabaja con los elementos que tiene (…).

– El montaje puede ser visto desde cualquier rincón de Chile con esta tecnología. ¿Se podría hablar de un teatro más “democrático”?

P. G.: Me parece un descubrimiento el formato online, que el público de regiones o fuera de Chile pueda acceder no solo viéndolo, sino conversar y decir “hola, soy de Iquique y mis posibilidades de ir a Santiago son nulas” (…). Creo que el teatro siempre ha sido democrático, aunque sea de élite (…). Es más amplio en su alcance de audiencias. Se abre más. Se conversa mejor. Es un teatro más inclusivo si tú quieres.

P. Z.: Me parece positivo que la obra pueda ser vista en regiones, pero también revela la desigualdad que tenemos, porque acceden aquellos que tienen más educación (…). Primero debes conocer para reconocer. (…) Claro, se genera un espacio de democratización (…). Pero debe haber una planificación estatal para que la cultura llegue a todos.

– Y el escenario cuenta con tres cámaras: veremos sus caras, gestos y miradas en primer plano. ¿Estamos ante un formato teatro-cine?

P. G.: Sin duda, porque se anula la distancia física entre actor y espectador (…). El público es un actor más dentro del escenario, porque no solo entenderá el argumento y lo que le sucede al personaje, sino que leerá el viaje que hace el actor en esta búsqueda de la verdad, la complejidad para hallarla (…).

P. Z.: Nunca le pongo nombre a lo que hago, porque lo acota. Si tengo tres cámaras, y sin público, esas son las reglas del juego y voy a darlo todo para que eso se transmita. Hoy, a diferencia de 30 años atrás, es otro teatro (…). Puede haber un teatro muy quieto y con expresiones más cinematográficas. En la película “Joker”, el actor tal vez actúa muy exagerado para ser cine, pero todo depende del contexto y de cómo lo quieras decir (…). Actor, actriz, directora o director quieren comunicar algo de la mejor manera, con una expresión mínima o máxima.

La obra

– ¿Qué les sedujo de “Un montón de brujas volando por el cielo” para protagonizarla?

Paulina García: “Carla tiene una escritura muy suelta, tranquila y honesta. Toma situaciones cotidianas con las que entra en temáticas profundas (…)”.

Paulina García: Carla tiene una escritura muy suelta, tranquila y honesta. Toma situaciones cotidianas con las que entra en temáticas profundas con esa misma simpleza; una liviandad que hay que traducirla con intensidad y profundidad, lo que me resulta atractivo. Estas mujeres abordan la pugna de poder desde un lugar más masculino, pero luego lo transforman. Cambia el paradigma. Es interesante además porque es un fan club y nada más irrelevante que eso (…). En lo banal se definen las personas. Chéjov decía que la gente bebe, come y arruina su vida. La grandeza y la pequeñez de la humanidad se grafican en ese cotidiano.

Paula Zúñiga: Accedí porque era trabajar con Carla, Paly, Manuel y Kriz (productor). Necesito estar en un equipo en que confíe. También por admirar profundamente a Carla. Me gusta lo que escribe y lo que es ella. Y la Paly es amiga y tremenda actriz. A Manuel lo vengo conociendo recién, director además de una escuela, con una visión distinta. Entonces, a la primera invitación, era evidente decir sí. Ya desde el texto no me cupo duda que la obra iba a ser buena; que la pugna de poder se asocie siempre a los hombres tiene que ver con esa construcción machista (…). El poder es inherente al género (…).

– La palabra “bruja” está presente en el montaje. ¿Qué significado le otorgan?

P. G.: Le doy todos los significados. En este caso se aborda por el lado de ser mala persona con otra hasta la cosa mágica, en términos de magia blanca y magia negra. Y se habla poco de brujos. Los hombres no son “brujos”, son “magos”. Lo interesante en este texto es que se entrelazan todas las definiciones de bruja y brujería (…). Ellas levantan una bandera para defender que es una acepción tan válida como cualquier otra (…).

P. Z.: Creo que sí somos brujas, porque escuchamos y vemos muy bien. Tenemos una capacidad de mirar por este desarrollo de la ternura. Cuando uno escucha bien, adivina lo que va a pasar como si fuese un vidente, como una bruja (…). Las brujas fueron perseguidas, quemadas, y siempre tienen una mirada peligrosa para una sociedad conservadora y patriarcal (…). La maldad tiene que ver con el contexto (…). No le pongo maldad ni bondad.

– ¿Cómo definirían a sus personajes? ¿Qué sería lo más interesante de su personalidades o psicologías?

P. G.: La percibo con un tono arribista tan reconocible, porque hay esa pretensión de obtener más votos, de ser más aceptada, que a mí me apoyan más que a ti. Es esa cultura de la mayoría donde la minoría no cabe. Claro, la competencia en sí tiene un valor, porque uno se establece metas, objetivos. El punto es cuando te crees mejor que los otros (…). Ese es el problema (…).

Paula Zúñiga: “(…) que entregue un espacio de reflexión, que nos preguntemos desde qué lugar hemos juzgado a otros y otras como brujas (…)”.

P. Z.: Hoy hablar de personajes es como encontrarse en otra época (…). Con la obra me interesa transmitir que tanto mis diálogos como los de Paly no tienen diferencias; que podamos revisar todo lo que hemos hablado en esta entrevista y que entregue un espacio de reflexión, que nos preguntemos desde qué lugar hemos juzgado a otros y otras como brujas (…).

– Uno de los diálogos de la obra señala que una imagina a la otra en la hoguera y se regocija con ello… para más tarde compadecerse. ¿Es la sororidad lo que prevalece?

P. G.: Sí. Es la sororidad; sobre qué tanto daño puede hacer esa “bruja”. Y eso es lo lindo de cómo se plantea esto (…). El daño está hecho más por una interpretación de otros que por lo que realmente pueden hacer.

P. Z.: Así es. Tiene que ver con este vínculo de ternura que las mujeres tenemos. Lo traemos en nuestro instinto primario (…). El hombre también lo tiene, pero no tan desarrollado, aunque hoy más. (…) La visión de bomba y guerra es una visión patriarcal (…). Entonces depende mucho de cómo nos educamos (…), una visión de educación tiene que ver con el amor (…).

Un Montón de Brujas Volando por el Cielo

14 al 25 de octubre
Streaming
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