“Estamos muy contentos con estos 25 años. Es muy bonito para mi estar desde el inicio en una organización viva, que ha construido el futuro de 25 mil niñas, niños y jóvenes que han trabajado en nuestros programas. Es un número grande e importante, así como llegar a casi un millón de chilenos con funciones y giras”, cuenta entusiasta Alejandra Jiménez, directora de El circo del mundo, institución que este mes está de aniversario.
Ubicado en Lo Prado, la agrupación es la única escuela circense profesional de Chile que promueve la realización de este arte como experiencia transformadora; bella labor a la que se ha sumado el TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES al tener el honor de programar varias de sus obras, como “La sangre de la tierra” y “Sol de harapos”, así como invitar a nuestro cofundador, Alfredo Saint-Jean Domic, a integrar su directorio desde 2018.
Creado en 1995 por iniciativa del Cirque du Soleil y Jeunesse du Monde, como proyecto de Cooperación Internacional con la Corporación El Canelo de Nos, la agrupación divide su trabajo en tres áreas: social, académica y producción. “Hemos profesionalizado el arte del nuevo circo en Chile”, añade Alejandra.
El área social potencia las habilidades socioemocionales de sus alumnos, principalmente de comunas y localidades en riesgo social; en tanto la académica incluye la mencionada Escuela de Artes Circenses con 8 generaciones egresadas y 12 obras originales -quienes trabajan a nivel nacional e internacional-, así como un ámbito de producción que fomenta el nuevo circo como un lenguaje escénico propio.
El circo del mundo de esta forma entrega a sus alumnos no solo una formación como artistas, sino también diversos conocimientos tanto para impartir clases y/o para desarrollar sus propios proyectos artístico-culturales.
Asimismo, Alejandra Jiménez explica que los planes de la institución a futuro incluyen – post crisis por el coronavirus – el mejoramiento de su infraestructura, el reestreno de una obra, así como la creación de nuevos montajes y tours, al tiempo que la participación en diversos festivales.
Y enfatiza: “Esperamos que en los próximos 3 años podamos consolidar un sueño: la Escuela Nacional de Arte Circense, lo que implica un compromiso del Estado en relación a apoyar, financiar y hacerse socio en esta labor. La idea es tener un complejo más grande para llegar a un número aún mayor de jóvenes”.