Mario Diament: «El teatro que no provoca reflexiones, no es un teatro que interese»

El jueves 24, viernes 25 y sábado 26 de marzo, el Teatro NESCAFÉ de las Artes recibirá una de las obras argentinas más elogiadas del último tiempo: «Tierra del fuego».

«Creo que van a ver un espectáculo teatral con una potencia enorme e inusual. La gente sale profundamente conmovida», adelanta el autor de «Tierra del Fuego».

El montaje fue escrito por el argentino Mario Diament -autor también de otras obras como «Cita a ciegas» y «Un informe sobre la banalidad del amor»- y se basa en la historia real de la azafata israelí Yulie Cohen, quien es víctima de un atentado terrorista en Londres perpetrado por dos palestinos en 1978. Uno de ellos, Fahad Mihyi, es encarcelado y, 22 años después, Cohen decide sentarse frente a él.

«De esta historia me enteré viendo un documental que hizo la propia Yulie y me pareció una historia potente, que no sólo tenía que ver con el conflicto palestino-israelí, sino que de alguna manera iluminaba la naturaleza de todos los conflictos regionales», expresa Diament desde Miami, ciudad en la que vive desde hace 23 años.

La obra es dirigida por Daniel Marcove protagonizada por Alejandra Darín y Carlos Argento, quienes dan vida a Yael y Hazzan, la azafata y el terrorista que se encuentran arriba del escenario.

«Creo que van a ver un espectáculo teatral con una potencia enorme e inusual. La gente sale profundamente conmovida (…) Van a ver actuaciones de una calidad absolutamente infrecuente. Esta obra ha sido premiada en casi todas las áreas, desde el elenco hasta la dirección. Espero que el público le dé esa calidez que el espectáculo necesita para funcionar en esa mágica relación», comenta el autor.

– ¿Qué lo impulsó a escribir “Tierra del Fuego”?

Primero, una preocupación por la existencia de un conflicto que ya lleva más de medio siglo, entre israelíes y palestinos, que tiene repercusiones en todo el mundo. Yo he vivido en Israel, he sido corresponsal allí y conozco los territorios ocupados, conozco El Líbano donde se desarrolló la guerra civil. Naturalmente era un tema que me preocupaba y me interesaba abordarlo dramáticamente.

Durante un tiempo no encontraba el ángulo que me interesase, hasta que di con esta historia real de esta azafata que fue víctima de un atentado en 1978 y que 22 años después decide sentarse frente al terrorista que pudo haberla matado.

– ¿Tuvo la posibilidad de conocer a las personas involucradas?

Una vez que terminé la obra se la envié a Yulie Cohen, a quien encontré por Facebook, y le gustó muchísimo, cosa que para mí fue importante porque estaba realmente entrando en áreas totalmente imaginadas, que no existían en su documental.

– En el proceso de creación de la obra, ¿se preguntó cómo sería recibida por la comunidad judía y la comunidad palestina?

Por supuesto, pero en un acto de absoluto honestidad conmigo mismo decidí que era irrelevante y pensaba que el teatro que no provoca reflexiones, no es un teatro que interese. La obra ha tenido reacciones de todo tipo, muy bien recibida por algunos sectores de la comunidad judía y menos por otros. Y lo mismo sucedió con la comunidad palestina.

Hubo organizaciones judías en Buenos Aires que compraron funciones como una forma de debate. Y cuando la obra se hizo en Londres, hubo un par de organizaciones palestinas que quisieron comprar funciones para llevarlas a su propia comunidad.

– ¿Hubo una búsqueda intencional de equilibro entre las posturas de los personajes?

Creo que sí. Me propuse no imponer mi propia visión y dejar que las partes expusieran sus argumentos de manera tal que el público sintiera que cada vez que alguien hablaba tuviera razón, que la verdad se revelase en los distintos aspectos. De hecho, creo que no existe una sola verdad, hay una variedad de verdades en este conflicto.

– “Tierra del fuego” destaca la necesidad de escuchar al otro para poder alcanzar la paz, ¿cree usted que el diálogo es el único medio viable para la resolución de conflictos históricos?

Creo que no hay otro medio. Como bien dice el personaje principal «Si seguimos matándonos al final no va a quedar nadie para escuchar». Creo que esto es válido no sólo para el conflicto palestino-israelí, sino que para todos los conflictos nacionales, para el conflicto que hay en Chile con la comunidad mapuche que parece no tener solución.

El mejor ejemplo de esto es lo que ha pasado en Irlanda, que después de años de matarse mutuamente han encontrado una forma de convivencia. Esto me convence aún más de aquello que el diálogo y atender las razones del otro es el único camino que puede llevar a un camino justo.

– ¿Cuánto puede ayudar el arte a sensibilizar al público en torno a realidades y miradas ajenas?

No creo que una obra de teatro o de arte, o una película, sean capaces de cambiar drásticamente una situación. Pero lo que hace es provocar reflexiones, ayudar a entender los conflictos y darle un sentido más completo. Yo creo que si alguien sale del teatro pensando que sus prejuicios acerca de este conflicto tienen otras acepciones, me daré por satisfecho.

– La relación central que muestra la obra, esa que se establece entre Yael y Hazzán, ¿puede extrapolarse a otros conflictos entre víctima y victimario?

No lo dudo. Creo que no ha habido mayor conflicto en el siglo XX y tal vez en la historia de la Humanidad que el Holocausto judío en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, israelíes y alemanes han encontrado una forma de entenderse a través de los años y hoy en día ambos países mantienen una relación excepcional.

-¿Cuánto tiempo le tomó crear la obra?

Primero vino la investigación. Mi experiencia como periodista fue fundamental. Hubo un aspecto de no cometer errores en las cosas históricas. Y luego vino el proceso de escribir la obra per se. «Tierra del fuego» es una de las obras que he tenido más claras, porque se trata de un episodio real, las circunstancias eran muy claras. En otras hay imaginación, muchas veces no sé por dónde voy y no sé por dónde voy a terminar. Acá estaba todo más claro y me tomó menos tiempo, escribir me tomó algo así como cinco meses.

– Sus obras de teatro se representan en escenarios de diversos países del mundo, ¿Cuáles son los aspectos que han hecho que su trabajo sea transversal?

Creo que mi teatro es de ideas, y pienso que las ideas y conflictos nos son comunes a todos los humanos. Los temas son universales, por ejemplo «Cita a ciegas» y «Un informe sobre la banalidad del amor» abordan personajes universalmente conocidos como Jorge Luis Borges o Martin Heidegger, que le dan un elemento de atracción al público. También las obras deben tocar alguna zona de la sensibilidad del público, sino no tendrían la repercusión que han logrado.

– Su trabajo como dramaturgo abarca temáticas muy diversas. ¿Qué lo motiva a escoger un tema sobre el cual desarrollar una obra?

En realidad no me manejo por temas, sino por situaciones. De pronto me encuentro con una situación que me parece que tiene un potencial dramático muy interesante. Y empiezo a pensar en ella y a informarme e investigar, y finalmente me atrevo a escribir. No me guío tanto por las temáticas, sino más bien por instintos dramáticos, un instinto de posibilidad de una historia.

– ¿Cuál es su opinión de Alejandra Darín y el elenco que protagoniza «Tierra del fuego»?

Alejandra Darín es mi actriz favorita. «Tierra del fuego» es la cuarta obra mía en la que participa. No puedo evitar cada vez que escribo un personaje femenino que el primer rostro que me aparezca sea el de ella. Es una actriz de una capacidad emotiva extraordinaria, profundamente inteligente. Para mí es alguien con quien quiero trabajar y profundizar esa relación.

Lo que logró el director Daniel Marcove fue juntar un elenco que no sólo tiene gente talentosa y absolutamente apropiada, sino que tiene puesta la camiseta y siente que esta obra los representa. En consecuencia, han puesto un fervor junto al talento que ha hecho que este proyecto perdurase y entrara en su cuarto año. Cada vez que viajo a Buenos Aires voy a ver la obra y han logrado materializar mi propuesta imaginativa.

– ¿Hay alguna obra en la que esté trabajando actualmente?

Sí, terminé de escribir una versión de «Las tres hermanas» de Chéjov, sólo para tres actrices. De los 14 personajes que tiene, me quedé sólo con las tres hermanas, en la que también participará Alejandra en Buenos Aires a fines de este año.

Teatro argentino: «Tierra del Fuego»

Del 24 al 26 de marzo – 21:00 horas
Entradas a la venta en Ticketek y sin cargo por servicio en boleterías del Teatro.
Más información aquí.

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