Por Iván Valenzuela
1.- Porque, en una nota personal, Maslíah es una parte fundamental de mi interés adolescente por la técnica musical. Poseedor de una amplia cultura y una formación académica más que rigurosa, Maslíah tiene esa muy escasa habilidad de hacer parecer simple lo más difícil. Todo en Maslíah parece un buen chiste, y hay mucho que está plagado de un humor irreductible, pero no hay que confundirse. En la base, Maslíah es un gran músico.
2.- Porque en los textos de sus canciones, y en general en los de toda su obra que incluye novelas, relatos y obras de teatro, hay una ironía extraordinaria sobre la cultura y, por extensión, sobre la sociedad. Ahí están “El precio de la fama”, en el que el idolatrado pianista termina desnudando la siutiquería, o ese concierto de música culta de “El Concierto”, que derrumba la misma impostación. O “Desconfíe del prójimo”, compuesta muchos años antes de que la tolerancia cero fuera un concepto y que la seguridad ciudadana fuera un tema central para la sociedad, y que revela toda nuestra paranoia y las ocasiones en las que nos domina más allá de lo aconsejable.
3.- Porque esos mismos textos tienen tal nivel, que no es una locura emparentarlo con la maestría de Roberto Fontanarrosa y Woody Allen. Ahí están los temas, por cierto, pero por sobre todo la forma de enfrentarlos, la pluma, la imaginación para plantear situaciones imposibles.
4.- Porque nada de esto, Maslíah lo dice con gravedad, espíritu pedagógico o severidad. Nada. Maslíah expone, con su maestría, claro, pero sin filípicas ni interés de convertir a nadie. Y muy, pero muy lejos de la demagogia.
5.- Porque parte de esa forma y de ese fondo tiene que ver también con la maestría del propio Maslíah. “¡Superman!, ¡No te olvides de mí!”, lo canta con su característica voz algo débil, de tono algo destemplado y rodeado de un piano urgente, angustiado y unos bronces épicos.
6.- Porque a diferencia de esas veladas inolvidables del Café del Cerro a fines de los ’80, en las que se calzaba la guitarra y arremetía incansable, esta vez se presentará con una banda. Y sabiendo de quien hablamos, la compañía debe estar a la altura.
7- Porque Leo Maslíah también hace justicia a una tradición de la música popular uruguaya algo desconocida en Chile.
8.- Porque como dice la presentación en esta misma página, Maslíah es inclasificable. Es divertido, lo suyo muchas veces está derechamente dentro de la comedia (musical o no), pero no por eso hay que tomárselo a la ligera.
9.- Porque cuando conocía a Maslíah, me dolía Chile, y como a muchos de mi generación, consideraba que ese dolor tenía que significarlo e inundarlo todo, y aprendí de él que te puede doler tu país, el continente, el mundo, pero nada implica que no te puedas reír de observaciones agudas y brillantes como las que él suele despachar.
Leo Maslíah en concierto
Viernes 9 de septiembre – 21:00 horas
Entradas a la venta en Ticketek y sin cargo por servicio en boleterías del Teatro.
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